La depresión es una enfermedad muy compleja sobre la que influyen varios factores que pueden desencadenar un episodio depresivo. En primer lugar, debemos entender la depresión como enfermedad psicobiosocial, lo cual significa que hay factores psicológicos, biológicos y sociales implicados. Hay personas con mayor vulnerabilidad biológica a padecer depresión, se estima que un tercio del riesgo es atribuible a la herencia genética y dos tercios a factores ambientales. Además, hay enfermedades que predisponen a la depresión, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares (como el infarto de miocardio), las enfermedades endocrinológicas (como el hipotiroidismo) o las enfermedades neurológicas (como la esclerosis múltiple). 

La depresión se debe en un tercio a la herencia genética y en dos tercios al ambiente
 

Causas genéticas de la Depresión

Las personas que tiene un familiar de primer grado con depresión tiene un riesgo dos a cuatro veces mayor de sufrir depresión también. La heredabilidad de la depresión es aproximadamente del 40 %. Gran parte de esta carga genética de la depresión está asociada a heredar rasgos neuróticos de personalidad de un progenitor.

Las personas con vulnerabilidad genética al estrés pueden tener también alterados los mecanismos biológicos que definen la respuesta al estrés. Por ejemplo, las personas con depresión secretan una mayor cantidad de la hormona del estrés: el cortisol. Desde que se hizo este descubrimiento se han intentado establecer relaciones entre el sistema neuroendocrino y la depresión. En los últimos años, se están buscando medicamentos para la depresión que actúen precisamente por esta vía.

 

Causas ambientales de la Depresión

Como ocurre con otros trastornos psiquiátricos, los acontecimientos adversos durante la infancia constituyen un importante factor de riesgo de desarrollar una depresión o un Trastorno depresivo mayor. Esto sucede con mayor frecuencia cuando los acontecimientos adversos son múltiples y son experiencias negativas de distintos tipos. Es especialmente relevante en este caso las situaciones de abuso infantil o ambientes de violencia familiar.

 
El abuso infantil es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar depresión tanto en la infancia como en la edad adulta.
 

También es habitual identificar acontecimientos vitales estresantes como precipitantes de los episodios depresivos. Sin embargo, la presencia o ausencia de estos acontecimientos estresantes identificados no predicen la mejor o peor respuesta a los distintos tratamientos ni el pronóstico.

Existen múltiples acontecimientos vitales estresantes que pueden causar la depresión.

Algunos de los acontecimientos estresantes que con mayor frecuencia pueden causar depresión son:

 
La muerte de un ser querido o duelo puede ser el origen de una depresión.
  • la pérdida de un ser querido o duelo.

  • problemas laborales.

  • problemas económicos.

  • rupturas sentimentales.

  • enfermedades propias o de familiares.

  • la vejez es una etapa de la vida especialmente vulnerable.

 
 

Causas temperamentales de la Depresión

Se ha establecido que el temperamento neurótico o neuroticismo predispone a la depresión. También se ha podido comprobar que las personas con rasgos neuróticos de personalidad tienen más riesgo de desarrollar depresión en respuesta a acontecimientos vitales estresantes. El neuroticismo es un rasgo de la personalidad, que define personas inestables e inseguras emocionalmente. Suelen ser también personas ansiosas, que viven en un estado continuo de tensión y preocupación, que tienen tendencia a sentir culpabilidad.

La personalidad depresiva también predispone a padecer episodios depresivos y Distimia. Las personas con personalidad depresiva son melancólicas, pesimistas y con problemas de autoestima.

Las formas de ser depresivas y neuróticas predisponen a padecer depresión.
 

Factores de riesgo de la depresión

Como hemos estado viendo, las causas de la depresión pueden ser genéticas, ambientales y temperamentales. También debemos mencionar los factores de riesgo de la depresión.

La depresión es el doble de frecuente en el sexo femenino que en el masculino. A pesar de esta llamativa diferencia epidemiológica, hay pocas diferencias en la expresión de los síntomas de la depresión entre hombres y mujeres. La respuesta al tratamiento de la depresión es similar y las consecuencias sobre el funcionamiento de la persona, también.

Como hemos visto, la depresión puede heredarse. Por tanto, las personas con familiares con depresión tienen más riesgo de sufrir depresión. Cuantos más familiares enfermos de depresión y de distintas ramas familiares, más carga genética de depresión.

Determinadas situaciones socioculturales también influyen en el riesgo de desarrollar depresión. Tener una escasa red de apoyo social, ser divorciado, separado o viudo son predisponentes a padecer depresión. El bajo nivel socioeconómico se relaciona con depresiones leves, pero no predispone a episodios depresivos graves. La presencia reciente de un acontecimiento vital estresante multiplica por seis el riesgo de desarrollar depresión.

Otro factor de riesgo muy importante a tener en cuenta es el antecedente personal de otro trastorno psiquiátrico. Enfermedades como la fobia social, el TDAH, la ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, la agorafobia, el trastorno límite de personalidad o el consumo de sustancias, sobre todo consumo de alcohol, pueden evolucionar hacia episodios depresivos. Además, en estos casos, la depresión tiene tendencia a ser refractaria a los tratamientos. La depresión puede enmascarar los trastornos subyacentes y retrasar el diagnóstico correcto. En muchos casos, el tratamiento de la enfermedad subyacente logra mejorar los síntomas depresivos refractarios a los tratamientos antidepresivos convencionales.

Los diversos trastornos psiquiátricos pueden evolucionar hacia una depresión y enmascarar el trastorno subyacente.

Ciertas enfermedades médicas crónicas o discapacitantes también pueden aumentar el riesgo de desarrollar depresión. Estas enfermedad son muchas de ellas muy comunes, a saber: obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer o enfermedades neurológicas.

 

¿Influye la depresión sobre las demás enfermedades?

La depresión es más frecuente en personas que sufren determinadas enfermedades, especialmente las cardiovasculares, las neurológicas y las psiquiátricas. De la misma manera, algunas enfermedades aparecen con mayor frecuencia o empeoran en personas con depresión. Por ejemplo, la depresión es un factor de riesgo para desarrollar un infarto al corazón o una angina de pecho. La importancia de la depresión como factor de riesgo para estas enfermedades cardiovasculares es comparable a tener el colesterol alto, el sedentarismo y el tabaco.