Como hemos visto en la introducción, la depresión está infradiagnosticada y este es un problema que afecta no solo a nuestro país, sino a todo el mundo. Muchas personas con depresión no saben que tienen un problema tratable. De entre las personas que buscan ayuda, acuden a su médico de atención primaria por diversas molestias (pérdida de energía, insomnio o dolores) y los profesionales no son capaces de identificar la depresión como causa subyacente. Esto es debido a dos factores fundamentales: la falta de tiempo en consulta y la limitada formación de los profesionales para detectar la depresión. Se estima que la depresión puede aparecer en una de cada cinco personas en todo el mundo y, además, supone una importante causa de suicidio. El suicidio es una causa de muerte evitable y la principal causa de años de vida perdidos, por delante de los accidentes de tráfico.

 

Cómo se diagnostica la Depresión

El diagnóstico de la depresión es exclusivamente clínico, mediante una entrevista (terapeuta-paciente). No existen pruebas complementarias, como análisis de sangre o pruebas de imagen (escáner o resonancia), que puedan confirmar el diagnóstico de depresión. Tampoco existen, a día de hoy, pruebas genéticas que confirmen el diagnóstico de la depresión. 

En definitiva, la única forma de realizar el diagnóstico de depresión es mediante una entrevista clínica realizada, preferiblemente, por un médico especialista en psiquiatría o por un psicólogo especialista en psicología clínica. La entrevista clínica supone la realización de una serie de preguntas y de observaciones en el paciente que, tomadas en conjunto y considerando sus antecedentes personales y familiares, llevan a un diagnóstico clínico.

La duración óptima de una entrevista clínica de evaluación es de una hora. No obstante, en algunos casos, es necesario realizar dos entrevistas para recopilar más información del paciente o de sus familiares. En otras ocasiones, es necesario esperar a los resultados de pruebas diagnósticas complementarias que puedan descartar otras enfermedades que enmascaren o se asemejen a una depresión. Habitualmente, se suele solicitar una analítica completa para descartar hipotiroidismo, anemia, alteraciones hidroelectrolíticas y otras enfermedades, según los síntomas del paciente.

La entrevista clínica es la principal herramienta para hacer el diagnóstico de depresión.
 

Cuánto dura la Depresión

La duración de los síntomas depresivos es un factor importante. Se ha consensuado una duración mínima de dos semanas para establecer el diagnóstico de depresión mayor. Esto es debido a que una duración inferior de síntomas depresivos puede ser una respuesta esperable ante un disgusto, una pérdida o un problema importante de la vida cotidiana. La realidad es que la mayoría de los episodios depresivos tienen una duración muy superior a las dos semanas y suelen prolongarse durante meses.

Los episodios depresivos suelen tener una duración prolongada, habitualmente de meses.

Test para la depresión

En algunos casos, el facultativo puede apoyarse en la realización de unas pruebas psicométricas en forma de tests que pueden apoyar la presunción diagnóstica y valorar la gravedad. Estas pruebas a modo de test jamás deberán sustituir la entrevista clínica; sin embargo, pueden ser útiles para valorar la evolución de un paciente deprimido y evaluar la respuesta a un tratamiento determinado. Algunas de estas escalas de valoración de gravedad son: el inventario de depresión de Beck (BDI), la escala de Hamilton para la depresión (HAM-D) y la escala Montgomery-Asberg para la depresión (MADRS).

 

Baja laboral y depresión

La depresión es una de las principales causas de baja laboral o incapacidad laboral temporal. Como hemos visto anteriormente, los síntomas de la depresión pueden llegar a ser muy invalidantes e incapacitar a una persona para ejercer su profesión. Evidentemente, llegar a este punto es indeseable y, por ello, es importante el acceso a un tratamiento efectivo para la depresión antes de progresar a este nivel de discapacidad.

 

Suicidio en la Depresión

Cuando existe el más mínimo indicio de riesgo autolítico en las personas con depresión es necesario una evaluación exhaustiva del riesgo por parte de un buen psiquiatra. El riesgo de conducta suicida existe durante todo el tiempo que durar los episodios depresivos. El factor de riesgo más importante para consumar el suicidio son los antecedentes de intentos o amenazas previos. Aun así, muchos suicidios consumados no iban precedidos de intentos fallidos. Otros factores de riesgo para consumar el suicidio son: ser varón, vivir solo, ser soltero y los sentimientos de desesperanza.

El suicidio es una realidad que debemos considerar en todos los pacientes con depresión. Al contrario de lo que la gente cree y, muchas veces, los medios de comunicación difunden: hablar del suicidio no lo fomenta.

Hablar del suicidio no lo fomenta, lo previene.
 

Cómo se evalúa el riesgo de suicidio

Los psiquiatras estamos formados y entrenados para evaluar el riesgo suicida de una persona. Debemos explorar varios aspectos de la vida de esa persona: su situación sociofamiliar, su estado mental y sus antecedentes personales y familiares. Esta información se evalúa junto con sus ganas de vivir, sus proyectos vitales, su nivel de esperanza de mejorar su situación actual, el grado de planificación del supuesto intento y la capacidad que tendría para ejecutarlo. En función del nivel de riesgo detectado, se toman decisiones que protejan la vida y la integridad del paciente.