Tras enfrentarse a un suceso traumático, las personas que desarrollan graves síntomas de ansiedad y depresión pueden ver cómo sus vidas cambian por completo. Aunque se pueda pensar que el malestar es inevitable ante un grave daño emocional, los síntomas pueden aliviarse con un tratamiento profesional adecuado. El pronóstico del estrés postraumático puede ser favorable si se cuenta con la ayuda de un psiquiatra y un psicólogo clínico. Hay que recordar que el tratamiento es de larga duración y los resultados pueden tardar semanas en llegar.

 

Pronóstico del estrés postraumático: importancia de un buen tratamiento

En sus respectivos apartados, hemos hablado de los objetivos del tratamiento del estrés postraumático, la medicación para el estrés postraumático y la terapia para el estrés postraumático. Generalmente, el mejor tratamiento para el estrés postraumático es la combinación de la psicoterapia con la farmacoterapia. La medicación antidepresiva y ansiolítica puede jugar un papel muy importante en el control de los síntomas, especialmente al inicio y cuando son muy intensos. La psicoterapia y el apoyo emocional es la base del tratamiento.

La terapia y la medicación alivian los síntomas del estrés postraumático.
 

Identificar y tratar otros problemas mejora el pronóstico del estrés postraumático

Es muy importante también evaluar otros problemas concurrentes, como la depresión, la ansiedad o el consumo de alcohol y otras adicciones. Estas enfermedades deberán diagnosticarse y abordarse conjuntamente con el estrés postraumático. En algunos casos, llegan a ser síntomas tan intensos que se convierten en el problema por el que consultan las personas. Por este motivo, es necesario evaluar síntomas de estrés postraumático en cualquier persona que viene a la consulta con depresión, ansiedad o una adicción.

Se debe tratar la depresión, la ansiedad y las adicciones que pueden aparecer.
 

Pronóstico del estrés postraumático: evolución en el tiempo

El Trastorno de estrés postraumático (TEPT) puede aparecer en personas de cualquier edad. Los síntomas del estrés postraumático suelen aparecer dentro de los tres meses siguientes a haber experimentado el suceso traumático. Habitualmente, aparecen síntomas inmediatamente después de experimentar el suceso traumático y, tras él, es frecuente desarrollar síntomas compatibles con un Trastorno de estrés agudo. El primer mes es decisivo porque se podrán resolver los síntomas o evolucionar hacia un estrés postraumático. Una vez instaurado el Trastorno por estrés postraumático, los síntomas pueden diferir de una persona a otra. En cada persona pueden predominar más unos síntomas que otros, recordamos que los más comunes son: hiperalerta, evitación, reexperimentación, disociación y estados emocionales negativos.

Algunos síntomas pueden aparecer meses después del suceso traumático.

A pesar de que los primeros síntomas suelen comenzar pronto, pueden pasar meses o, incluso, años hasta que se cumplen criterios para hacer el diagnóstico de estrés postraumático. Este fenómeno de retraso en la aparición de los síntomas completos se conoce como “expresión retardarda”.

 

Tiempo de recuperación de los síntomas del estrés postraumático

El tiempo de recuperación del estrés postraumático puede ser muy variable. Aproximadamente, la mitad de los adultos con estrés postraumático se recuperan en tres meses. Mientras que otras personas permanecen con síntomas durante más de un año e, incluso, el resto de sus vidas.

La mitad de las personas con estrés postraumático se recuperan en tres meses.

Entre la población general, las mujeres suelen tener una duración de los síntomas mayor que los hombres. Este hecho, unido al ya comentado de que las mujeres son más propensas al estrés postraumático, hace que las mujeres consulten mucho más que los hombres este problema con un especialista en psiquiatría. Este hecho está relacionado con que las mujeres son más vulnerables a sufrir agresiones sexuales, violencia de género y acoso laboral.

Los síntomas en las mujeres pueden tardar más en desaparecer.
 

Pronóstico del estrés postraumático: depresión y ansiedad asociados

Las personas que han sufrido un Trastorno por estrés postraumático tienen un 80 % más de probabilidades de presentar otros problemas de salud mental que las personas sin estrés postraumático. La depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar y las adicciones son los problemas que más frecuentemente se asocian con el estrés postraumático.

El riesgo de sufrir otros problemas de salud mental es un 80 % mayor.

Tampoco debemos olvidar que las personas que han sufrido un acontecimiento traumático o abuso durante su infancia tienen un riesgo de suicidio mayor. El riesgo de suicidio debe evaluarse en todos los pacientes con síntomas de estrés postraumático, especialmente cuando hay una reactivación de los síntomas.

El riesgo de suicidio es mayor en estas personas.

Otro problema que habitualmente se asocia al estrés postraumático son los trastornos neurocognitivos. En algunos casos, la lesión cerebral se debe al propio acontecimiento traumático (traumatismo severo en accidentes de tráfico o lesiones cerebrales en militares durante el combate, por ejemplo). En otros casos, el trastorno neurocognitivo puede estar relacionado con la presencia crónica de síntomas desde la infancia y la dificultad para tener un funcionamiento adecuado.

 

Pronóstico del estrés postraumático: reaparición de los síntomas

En algunas circunstancias, pueden reaparecer los síntomas del estrés postraumático años después de haber sufrido inicialmente los síntomas. Esta reaparición o intensificación de los síntomas del estrés postraumático puede deberse a haber recordado el trauma por algún motivo, tras experimentar nuevos acontecimientos traumáticos o con un cambio vital. Por ejemplo, una mujer que sufrió una agresión sexual al comienzo de la edad adulta, puede reexperimentar síntomas del estrés postraumático cuando su hija alcance la adolescencia.

Determinadas situaciones pueden reactivar los síntomas del estrés postraumático.
 

Agravamiento de los síntomas del estrés postraumático en mayores

En las personas mayores, el agravamiento de su salud, el envejecimiento, los problemas cognitivos y el aislamiento social pueden empeorar los síntomas del estrés postraumático, aunque hayan pasado años desde el suceso traumático. Este colectivo puede expresar su malestar acudiendo con mucha frecuencia al médico con diversas quejas física y con una conducta suicida, especialmente aquellos ancianos con mayor soledad.