Cumplimiento y adherencia a la medicación
El cumplimiento del tratamiento prescrito es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos los profesionales sanitarios, especialmente un psiquiatra. Se estima que aproximadamente solo la mitad de los pacientes con una enfermedad crónica toman el tratamiento prescrito por sus médicos. La falta de cumplimiento provoca lógicas consecuencias.
Consecuencias del mal cumplimiento del tratamiento
El mal cumplimiento de la medicación puede influir a corto y a largo plazo.
corto plazo va a conducir a una falta de eficacia del tratamiento y a problemas de tolerabilidad.
Consecuencias a corto plazo del mal cumplimiento del tratamiento
Una mala adherencia o incumplimiento de la medicación va a conducir a:
Una falta de eficacia del tratamiento.
Problemas de tolerabilidad.
No tomar la medicación, no cumplir con la dosis prescrita y olvidar alguna toma puede hacer que el tratamiento no funcione correctamente y no se consiga el efecto esperado (falta de eficacia).
Por otra parte, la falta de cumplimiento de la pauta prescrita por el médico puede también provocar más efectos adversos (mala tolerancia). Estos problemas de tolerancia se deben a la utilización de dosis más elevadas de las necesarias.
¿Cómo puedo tomar más dosis de la necesaria si lo que hago es no tomar el tratamiento algunos días?
Esta paradoja puede darse cuando el médico cree que estás tomando bien la medicación pero no ve mejoría. Te va a sugerir aumentar la dosis creyendo que con la que estabas tomando no era suficiente (cuando lo que ocurre es que no la estás tomando todos los días). Por ejemplo, si el médico cree que estás tomando 50mg de Sertralina todos los días y al mes vuelves a la consulta y le dices que no te ha hecho efecto. El médico te dirá que subas la dosis a 100mg, creyendo que 50mg están siendo ineficaces cuando, en realidad, estás tomando 50mg solo 3 días a la semana en lugar de 7. Ahora te ha recetado la dosis de 100mg que, cuando la tomes después de llevar varios días sin tomar la de 50mg, es posible que te dé náuseas o dolor de cabeza. Esto es porque el organismo se va habituando a los efectos adversos cuando la dosis se instaura lentamente, pero pueden aparecer con mucha intensidad cuando de pronto se toma una dosis alta.
Consecuencias a largo plazo del mal cumplimiento de la medicación
No cumplir con el tratamiento prescrito por un médico para una enfermedad puede suponer que, con el paso del tiempo, el pronóstico se ensombrezca y la gravedad del problema vaya a más.
Otra consecuencia es que el médico va a pensar que los tratamientos convencionales no son eficaces y va a recurrir a tratamientos posiblemente más agresivos, con más efectos secundarios o menos eficacia.
En cualquier caso, es muy importante discutir cara a cara con tu médico todos los efectos secundarios o temores que puedas tener ante una medicación. La información que podemos dar los médicos es la mejor forma de combatir los prejuicios, la desinformación y ayudar a las personas a confiar en los tratamientos.
Beneficios de un buen cumplimiento
Hemos hablado de las consecuencias de un mal cumplimiento del tratamiento, que pueden ser a largo y a corto plazo. Vamos ahora a mencionar los beneficios del buen cumplimiento del tratamiento:
mejores resultados
menos efectos secundarios
duración más corta del tratamiento
menor riesgo de recaídas
mejor pronóstico
mejor calidad de vida con un mejor estado de salud
menor gasto sanitario
La reducción del gasto sanitario se refleja en un menor número de hospitalizaciones, un menor gasto en medicamentos y un menor número de consultas. La idea de un menor gasto en medicamentos podría resultar contradictorio, pero las pastillas que no se toma el paciente, sí las compra. Si no se las ha tomado y no le han hecho efecto, su médico le subirá la dosis o le cambiará el tratamiento por otro (posiblemente más caro y moderno, pero con eficacia menos contrastada). Esto supone, en cualquier caso, una nueva receta y un nuevo gasto farmacéutico.
Tal es el problema que genera la falta de cumplimiento al tratamiento que se considera un problema grave de salud pública. Por tanto, no solo es un reto para los médicos y el resto de personal sanitario, sino que también lo es para los ministerios y consejerías de sanidad.
El cumplimiento del tratamiento en los problemas de salud mental tiene una especial importancia. Hasta tal punto que es una de los principales caballos de batalla de los psiquiatras.