Genialidad y salud mental

 
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No existe un gran genio sin un tinte de locura
— Seneca, De Tranquillitate Animi

Genios con enfermedad mental grave

Son muchos los genios que conocemos que han sufrido una enfermedad mental. Por mencionar algunos: la escritora Virginia Woolf sufrió un trastorno bipolar, Brian Wilson (cantante y compositor de los Beach Boys) sufrió un trastorno esquizoafectivo, John Nash (premio Nobel de economía) fue diagnosticado de Esquizofrenia con 29 años, Nikola Tesla (uno de los grandes inventores del siglo XX) padecía Trastorno obsesivo compulsivo y Edvard Munch (el pintor del famoso cuadro de El Grito) pudo haber sufrido de problemas con el alcohol y de depresión. La lista podría llegar a ser muy extensa, lo que nos hace preguntarnos si existe una relación entre la enfermedad mental con la genialidad artística y científica. 

 

Asociación entre locura y genialidad

Los estudios científicos muestran una fuerte asociación entre la genialidad y la enfermedad mental, especialmente los trastornos del estado de ánimo (depresión y trastorno bipolar), los trastornos del espectro de la esquizofrenia (locura) y el alcoholismo.

Diversos instrumentos de medida psicométrica utilizados para evaluar los rasgos de personalidad y de psicopatología nos muestran que los grandes artistas tienden a puntuaciones elevadas tanto en rasgos de personalidad disfuncionales como en síntomas de enfermedad mental. Los artistas más creativos tienden a puntuar alto en escalas de psicoticismo, lo que resulta en características personales concretas: egocentrismo, frialdad emocional, impulsividad y agresividad.

Por otra parte, los científicos reconocidos suelen ser más críticos, precisos, preocupadizos, introvertidos y serios.

La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco.
— Salvador Dalí (1904-1989)
 

Frecuencia de enfermedad mental entre las personas creativas

La tasa de trastornos psiquiátricos, como la depresión o el alcoholismo, entre las personas creativas es mayor que en la población general; además, suelen ser personas con más antecedentes familiares de enfermedad mental. En los últimos años se ha descubierto una base genética a esta relación: el gen de la neuregulina 1, cuya expresión aumenta las posibilidades de desarrollar una enfermedad mental por una parte; mientras que, por otra parte, está presente en las personas más creativas. 

Una mayor creatividad en las personas está relacionado con tres factores fundamentales: la desinhibición cognitiva, la inteligencia y la memoria de trabajo. Las personas con poca inhibición cognitiva están más abiertas a nuevas ideas; si encima son inteligentes y gozan de una buena memoria de trabajo, serán capaces de idear soluciones con creatividad. Existen también otros dos fenómenos comunes a todo acto creativo: la superfluidad y el retroceso a ideas anteriores. La superfluidad permite generar multitud de ideas y de opciones que se van analizando; cuando una de esas opciones nos lleva a un callejón sin salida, la capacidad de retroceder e iniciar otro camino puede finalmente llevarnos al éxito creativo. Por tanto, los descubrimientos no son tan casuales como se piensa a veces, sino que son un proceso de ensayo y error.

Existen estudios que relacionan las mentes de personas muy creativas con las mentes de personas que tienen un trastorno del espectro esquizofrénico o con las mentes que están intoxicadas por una sustancia psicoactiva. Ambos tipos de personas comparten la dificultad para filtrar información que, en otras personas, se clasificaría como irrelevante y no llegaría a la conciencia. El hecho de que llegue más información a la conciencia aumenta la probabilidad de combinar esos estímulos en la creación de una idea novedosa.

En resumen, podemos decir que las personas creativas y sus familiares tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad mental, especialmente un trastorno del estado de ánimo, un trastorno del espectro de la esquizofrenia o alcoholismo. No obstante, la creatividad puede ser una cualidad muy valorada en la sociedad y una característica personal muy valiosa. Determinadas fortalezas psicológicas, como una elevada inteligencia, una buena memoria de trabajo y una flexibilidad cognitiva, pueden proteger del desarrollo de una enfermedad mental y potenciar la habilidad artística y creativa del sujeto. Todavía quedan por conocer otros mecanismos que seguro también influyen en la evolución de las personas que tienen más desarrollada la creatividad.

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