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Las personas que sufren un trastorno de estrés postraumático necesitan una planificación individualizada del tratamiento debido a su heterogénea manifestación clínica e intensa afectación psicosocial.
Objetivos del tratamiento del estrés postraumático
Aunque los objetivos de un tratamiento para el estrés postraumático han de ser individuales, vamos a desarrollar a continuación los objetivos generales del tratamiento:
Aliviar los síntomas del trastorno de estrés postraumático.
Mejorar el funcionamiento cotidiano y reestablecer la vuelta a la normalidad.
Evitar la aparición de trastornos mentales secundarios al estrés postraumático.
Prevenir las recaídas.
Aprender a sentirse seguros y protegidos frente al mundo.
Aliviar los síntomas del estrés postraumático
El tratamiento pretende reducir el malestar emocional que sufre una persona que ha sufrido un estrés postraumático. El paciente tiene que, poco a poco, ser capaz de tolerar mejor el malestar que le ocasiona el recuerdo de la experiencia traumática. El terapeuta ayuda al paciente a diferencias las experiencias presentes de las pasadas. Sobre los síntomas, se intenta actuar disminuyendo los recuerdos intrusivos (involuntarios e indeseados), disminuyendo la sobreactivación psicofisiológica ante esos recuerdos, mejorando el sueño y la ansiedad.
Restablecimiento de una progresión evolutiva normal
Las experiencias traumáticas en determinadas etapas de la vida pueden complicar el desarrollo evolutivo de una persona. Por ejemplo, una mujer joven que sufre una agresión sexual puede tener dificultades para continuar una relación de pareja. Otros logros evolutivos que se pueden restringir son: las relaciones sociales, los logros académicos, la paternidad, disfrutar de viajes, etc. En este sentido, es muy importante establecer como objetivo la elaboración de estrategias que restablezcan y favorezcan una progresión evolutiva normal.
Prevención y tratamiento de trastornos comórbidos
Las personas que experimentan acontecimientos traumáticos no solo tienen un riesgo elevado de desarrollar un trastorno por estrés postraumático, también supone un factor de riesgo para el desarrollo de otros trastornos mentales. La depresión, las crisis de pánico, la agorafobia, la fobia social, el trastorno obsesivo-compulsivo, el consumo de sustancias y otras adicciones tienen más probabilidades de aparecer en personas que han sufrido algún trauma.
Prevención de recaídas
Las recaídas del estrés postraumático pueden aparecer cuando el sujeto vuelve a experimentar otro suceso traumático o al encontrarse con situaciones que le puedan recordar el trauma inicial. La suspensión de algunos psicofármacos, como las benzodiacepinas, también puede suponer una recaída. Por este motivo, es importante trabajar con el paciente de antemano la prevención de recaídas. Ayudándolo a identificar y anticipar situaciones que puedan desencadenar una recaída. El terapeuta ayuda al paciente a adquirir habilidades personales, del tipo: resolución de problemas, regulación emocional, uso adecuado del apoyo familiar y social y, por último, la aceptación de la ayuda profesional. Estos objetivos se logran mediante una terapia específica para el estrés postraumático.
Restablecimiento del sentimiento de protección y seguridad
Las experiencias traumáticas suelen ser situaciones imprevistas que pueden poner en jaque creencias personales, expectativas futuras y la sensación de seguridad en el mundo. El tratamiento del estrés postraumático debe incluir el análisis de estas cuestiones para poder darle una visión constructiva. De esta manera, la persona va a volver a sentirse segura y protegida en el mundo.
Tipos de tratamiento para el estrés postraumático
Los tratamientos eficaces para aliviar los síntomas del estrés postraumático son: medicación, psicoterapia y psicoeducación. Muy frecuentemente, se suele emplear un tratamiento que combine estos tres abordajes. La medicación para el estrés postraumático es útil en muchos casos, especialmente en aquellos que han sufrido un trauma intenso y el malestar no permita un aprendizaje verbal o la aplicación de estrategias psicoeducativas o psicoterapéuticas.
Curiosamente, ninguno de los fármacos que se usan en el tratamiento del Trastorno de estrés postraumático fueron investigados o comercializados para tratar este problema. En su mayoría, son antidepresivos y ansiolíticos.
La psicoterapia para el estrés postraumático es la base del tratamiento y no debe dejarse de lado aunque se prescriban medicamentos o se haga psicoeducación.
Cuál es el mejor tratamiento para el estrés postraumático
El mejor tratamiento del estrés postraumático debe ser individualizado. Para ello, debemos tener en cuenta cuestiones como la edad, el género, la preexistencia de enfermedades médicas o psiquiátricas y la tendencia a conductas agresivas o autolesivas. También se deben en tener en cuenta factores propios del acontecimiento traumático y de la naturaleza de los síntomas, como proximidad en el tiempo del acontecimiento, patrón e intensidad de síntomas. Por último, también hay que considerar factores relacionados con la persona: red de apoyo sociofamiliar, situación socioeconómica, vulnerabilidades, traumas previos y sus propias preferencias personales.
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