Confinamiento por coronavirus, ¿cómo nos afecta psicológicamente?
Desde enero comenzamos a oír en las noticias la palabra Coronavirus, pero pocos se imaginaban lo que estaba por venir. A pesar de las advertencias y noticias que llegaban de China, no nos esperaríamos terminar nosotros y el resto del mundo inmersos en una pandemia. La peor en los últimos 100 años. A partir del 14 de marzo, el estado de alarma decretado por el Gobierno nos obligaba a quedarnos confinados en nuestras casas.
¿Cómo nos afecta psicológicamente la cuarentena?
Sin duda, la crisis sanitaria actual y la posterior crisis económica que atravesaremos son las dos cuestiones más importantes de esta pandemia. Sin embargo, el impacto psicológico en las personas que día a día han tenido que quedarse confinadas en sus casas es muy elevado y diferente en cada uno.
Hay ciertos sentimientos y reacciones por los que todos podemos pasar: miedo, incertidumbre, indefensión, tristeza, aburrimiento, desidia, nerviosismo o frustración. Todas ellas, reacciones normales y esperadas en estos momentos. En mayor o menor medida, durante esta cuarentena estamos sintiendo estas emociones. Está bien sentirlas y no debemos luchar contra ellas.
Las personas infectadas por el coronavirus, con cuadros leves, que deben permanecer aisladas del resto de convivientes, experimentan, además del malestar físico, otras emociones adicionales. La soledad se convierte en un síntoma más de la infección, que se puede combatir con las video-llamadas a amigos y familiares. Sentimientos de autorreproche o vergüenza por haberse contagiado, a la vez que culpa o miedo por la posibilidad de haber contagiado a personas de su entorno.
Las personas, por lo general, tendemos a evitar las emociones que nos generan malestar: las camuflamos con actividades o las escondemos de quienes nos rodean. Sin embargo, es necesario permitirse a uno y permitir a otros estas emociones de: estar preocupado, con miedo, aburrirse o frustrarse. No pasa nada por experimentarlo. Es más, es necesario permitir que fluyan estas reacciones para aprender a tolerarlas y normalizarlas. Quizá, puede predominar el aburrimiento, camuflando otras emociones que pueden resultar más difíciles de gestionar. Cabe pensar que es lógico tener miedo en una situación de pandemia y de confinamiento.
Tratar de bloquear estas emociones puede generar mayor malestar. Sin embargo, identificarlas, aceptarlas y dejarlas fluir puede resultar de mayor ayuda.
No nos podemos olvidar que la mayor parte de la población dispone de recursos psicológicos personales que le permiten afrontar esta situación de forma adecuada. Recomiendo explorarse a uno mismo e identificar las habilidades de afrontamiento y características personales, que son de gran ayuda en estos momentos.
Pero, para algunas personas, esta situación de cuarentena puede derivar en el agravamiento de estados de depresión, ansiedad, insomnio, desmotivación, obsesiones, miedos o problemas alimentarios. Cuando los síntomas previos se agravan durante días o interfieren con las actividades básicas cotidianas, sería preciso contactar con tu psiquiatra o psicólogo clínico.
¿Cómo manejar el estrés durante una pandemia?
En el libro La Psicología de las Pandemias de Steven Taylor (2019) se recogen las recomendaciones internacionales que dan la Asociación Americana de Psicología (APA) y la Asociación Canadiense de Psicología (CPA), así como algunos consejos prácticos que ayudar a manejar mejor este nivel de estrés:
7 estrategias para manejar el estrés durante una pandemia
Infórmate sobre cómo mantenerte seguro: obtén información de fuentes fiables y sigue las instrucciones. Estamos siendo bombardeados constantemente con información a través del telediario y las redes sociales. Este continuo flujo de información contiene desde los bulos y rumores más absurdos hasta la información más cruda y veraz. Todo ello contribuye a la sensación de miedo constante. Es importante seleccionar información fiable de fuentes con amplio conocimiento en la materia. También es necesario dosificar la información.
Mantén la perspectiva: los seres humanos tenemos estrategias de afrontamiento que permiten sobrevivir antes situaciones complicadas o de estrés. Identifica en ti todas aquellas habilidades que te hacen fuerte ante la adversidad. En ocasiones anteriores has podido vivir situaciones complicadas que te han puesto al límite y, sin embargo, has sido capaz de afrontarlas y salir adelante.
Mantén hábitos de vida sanos: establece un adecuado ritmo de vida, con dieta saludable, higiene, ejercicio y buenos hábitos de sueño. Evita el alcohol, un exceso de bebidas con cafeína y el consumo de drogas. Establece una rutina en la medida de lo posible. Organiza las actividades que tengas en mente realizar a lo largo del día y establece un horario para realizarlas, desde el trabajo en casa hasta cocinar, leer, hacer deporte en la medida de lo posible y ponerte en contacto con las personas que te apetece.
Construye tu propia resiliencia: la resiliencia es el proceso de adaptación y afrontamiento ante la adversidad. Echa un vistazo al pasado e identifica aquellos momentos duros en los que has sido capaz de establecer estrategias de afrontamiento.
Ten un plan: establece una organización en cuanto a la compra, las actividades del día a día, organiza el trabajo, así como las actividades con tu pareja o tus hijos. Especialmente, las salidas tienen que estar muy organizadas para limitar al máximo el tiempo que pasas en la calle y puedas estar en contacto con otras personas. Prepara una lista de la compra y un itinerario si necesitas ir a más de un establecimiento. Evita los horarios de mayor confluencia de gente.
Comunícate con tus hijos: informales de la situación adaptando la información a la edad y circunstancias de cada niño. Los niños tienen una gran capacidad de adaptación, y están en una etapa de desarrollo donde el aprendizaje vicario (es decir, el que se aprende observando a los adultos y otros niños) es muy potente. Valora que tú eres su ejemplo de afrontamiento ante las adversidades y de gestión de las emociones. Es importante que los niños sigan realizando tareas escolares y actividad física. También es muy importante que te comuniques con las personas mayores de tu familia que se hayan podido quedar aisladas. Asegúrate de que hablas con ellas a diario y que tienen todas sus necesidades cubiertas. Ofrécete a ayudarlos todos los días, especialmente si sabes que les cuesta aceptar ayuda.
Mantente conectado: continúa con el contacto social con tu familia y amigos, aunque con ciertos límites en el consumo de internet y redes sociales. Afortunadamente, disponemos de miles de opciones para continuar hablando con la gente que ahora mismo no podemos ver, utilízalas de un modo saludable, poniendo también horarios y límites.
Esperamos que siguiendo estos consejos, el confinamiento durante la crisis del coronavirus se pueda hacer un poco más llevadero: sin miedo a sentir, sin miedo a vivir.
Desde el equipo de mente A mente queremos transmitiros nuestro más sincero apoyo en estas circunstancias que estamos atravesando. Ahora más que nunca, ¡quédate en casa! Nosotros ya lo hacemos y tenemos todas nuestras consultas de psiquiatría y psicología online.