Dependencia emocional: psicóloga especialista

A pesar de que las relaciones amorosas son los lugares en que más felices podemos ser, también son los lugares donde más podemos sufrir. Quizá una de las grandes preguntas que nos hacemos hoy en día es cómo amar a nuestra pareja de forma sana.

 
Psicóloga especialista en dependencia emocional.
 
 

Qué es la dependencia emocional

La dependencia emocional propia o de nuestra pareja suele encontrarse entre los motivos que nos decidan a acudir a un psicólogo especialista en dependencia emocional. Depender excesivamente de otro nos hace sentir mal, sobre todo cuando llegamos a tener la sensación de que no podemos hacer nada para cambiarlo. Ambas partes pueden sufrir por este motivo, generándose formas de relacionarse que resultan poco equilibradas y acaban asfixiando la relación hasta su desaparición.

Depender excesivamente de otro nos hace sentir mal.

Las personas que padecen dependencia emocional muy posiblemente han presentado a lo largo de su vida una autoestima baja. Tienden a emparejarse o desear estar en pareja en todo momento y toleran mal el hecho de estar solos. Aunque todos sufrimos ante los conflictos con nuestra pareja, las personas que padecen dependencia emocional pueden llegar a sufrir depresión y ansiedad a causa de estos problemas. Si la relación de hecho acaba rompiéndose presentaran una “abstinencia” de esa persona sin saber cómo reponerse a la ruptura.

 

Características de las personas con dependencia emocional

Las personas con dependencia emocional presentan una necesidad excesiva y constante, no solo de estar emparejadas, sino de estar físicamente con su pareja durante la mayoría del tiempo. Demandan que esa relación sea exclusiva por parte de ambos, por lo que él o ella comenzaran a aislarse de su entorno y esperarán que el otro haga lo mismo. Comenzarán a abandonar actividades o grupos de amistades para poder emplear más tiempo en su relación. Es posible que perciban a su pareja de forma idealizada, no reconociendo defectos normales y asumibles. Se acompaña todo ello de un intenso miedo a la ruptura, a que la otra persona se aleje o desaparezca de la vida de uno. Con el fin de que esto no ocurra tenderán a subordinarse o someterse a los deseos del otro.

Son personas con una necesidad excesiva y constante de estar en pareja.

Las personas dependientes emocionales presentan además dificultades en otras áreas de su vida. En sus relaciones con los demás, y no solo con su pareja, se observará una preferencia por la exclusividad. Son personas con tendencia a agradar y evitar conflictos en sus relaciones. Suelen estar muy alerta a cómo los demás reaccionan ante sus opiniones o apariencia. En general sus habilidades sociales son pobres y pueden generar sentimientos contradictorios en los demás. Es importante pensar que son personas con dificultad para identificar el verdadero afecto y pueden confundirlo con una entrega absoluta o la sumisión sacrificada a los deseos del otro. La confusión se multiplica cuando ellos esperan la misma forma de “afecto” por parte de su pareja, para quien puede resultar frustrante no sentirse a la altura de esta demanda.

Las personas con este problema se quieren poco e incluso pueden llegar a despreciarse. A pesar de que pueden sentir que hacen bien las cosas en su trabajo o en sus estudios, solo se sentirán satisfechos emocionalmente si los demás aprueban esos logros. Una persona dependiente emocional no tolera la soledad ni estar a solas consigo mismos.

 

Causas de la dependencia emocional

Debemos buscar el origen de esta forma de comportarse en las relaciones de la infancia. Según la literatura especializada, a menudo existen carencias afectivas tempranas, bien en entornos familiares, o bien en el colegio o con amigos. Con frecuencia sus padres o cuidadores han sufrido enfermedades incapacitantes, accidentes o han fallecido de forma prematura. Se trata por tanto de personas que se han sentido poco cuidadas o queridas o que incluso han tenido que convivir con el maltrato o el abandono.  

El origen de la dependencia emocional muchas veces se encuentra en la infancia.

Como resultado desarrollan un esquema mental de sí mismos marcado por la creencia profunda de “no merecer” el cariño de los demás. La autoestima se crea a partir de cómo nuestros padres nos miran y refuerzan. Si esa mirada no existe o es negativa es posible que crezcamos con la idea de que los demás no tienen por qué querernos. Esto nos llevará a intentar complacer desesperadamente a los demás para que se queden con nosotros.

 

Perpetuante de la dependencia emocional

Cuando una persona con dependencia emocional siente que se alejan de ella, multiplicara sus esfuerzos por retener a la otra persona a su lado. Un suceso trivial que implique una separación (un viaje de trabajo o una reunión de amigos ajena a la pareja) puede producir un impacto emocional que no sepa gestionar. El sufrimiento es tan intolerable que la persona puede preferir aislarse a soportar las emociones que le produce el sentirse abandonado.

Aislarse voluntariamente puede preferirse a sentirse abandonado.
 

Cómo ayudar a una persona con dependencia emocional

Ayudar a personas con dependencia emocional puede resultar una tarea muy compleja y muy frustrante para familiares y amigos. Por este motivo, recomendamos buscar la ayuda de especialistas en salud mental: el psicólogo y el psiquiatra.

 

Tratamiento psicológico de la dependencia emocional

En un primer momento del tratamiento de la dependencia emocional resulta imprescindible tratar síntomas como el insomnio, el decaimiento o la falta de apetito que una ruptura puede haber ocasionado. Suele ser el momento tras una ruptura cuando estas personas suelen acudir a una consulta psicológica demandando ayuda para gestionarla. Una vez tratadas estas dolencias es posible profundizar en las causas psicológicas que han originado la dependencia emocional. Ese es el auténtico objetivo: averiguar de dónde proviene esta forma de relacionarnos. A través del rastreo de las relaciones más significativas que hemos tenido (padres, hermanos, parejas, amigos) comprenderemos mejor la génesis del problema. En resumen, la terapia de la dependencia emocional busca entender de donde proceden esas carencias afectivas y de qué forma se ha conformado nuestra autoestima.

La terapia ayuda a averiguar de dónde provienen las carencias afectivas.

Este trabajo terapéutico no tiene como fin buscar culpables, ni tampoco recrearnos en nuestros errores. Lo que buscamos es ser más conscientes de la manera en que nos posicionamos en las relaciones con los demás, adquirir un papel más activo y sentirnos más capaces de conseguir aquello que queremos. Pensar con más claridad acerca de nosotros mismos nos permitirá pensar con más claridad acerca de los demás y conectar mejor con ellos. Esto es clave: todos poseemos virtudes y defectos en igual medida. Ni tan perfectos ni tan desastrosos.

Dicho lo anterior, no hay que olvidar que toda relación supone un cierto grado de dependencia sana. Mover el péndulo hacia una individualidad radical tampoco nos hará sentirnos felices y satisfechos. El equilibrio para amar a nuestra pareja de forma saludable implica la negociación amable de los deseos de cada uno y una ajustada entrega a los demás.

 

Psicóloga especialista en dependencia emocional

En mente A mente contamos con un equipo de psicólogos clínicos con amplia experiencia en el tratamiento de la dependencia emocional.