Ozempic ®: ¿Sirve para adelgazar sin dieta?

¿Qué es Ozempic?

Ozempic ® es el nombre comercial de un medicamento cuyo principio activo es semaglutida. Está diseñado para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo II, aunque ha ganado popularidad como medicación para perder peso en la obesidad.

Ozempic ® fue aprobado en 2017 en Estados Unidos y un año más tarde en Europa con la indicación de tratamiento para la diabetes tipo 2. En 2021, el mismo principio activo, la semaglutida, fue autorizada a dosis más altas para el tratamiento de la obesidad bajo el nombre comercial de Wegovy ®. La demanda de ambos medicamentos se disparó a lo largo del año siguiente, impulsada por la aparición de videos virales de influencers en redes sociales que pregonaban su “mágico efecto” en la pérdida de peso. Esto generó tanto interés que provocó una escasez mundial de suministro desde 2022 hasta prácticamente 2025.

 
Ozempic o dieta para adelgazar
 
 

Cómo se define la obesidad

La obesidad se define como una enfermedad que afecta a la salud y se caracterizar por una acumulación excesiva o una distribución anormal de la grasa corporal. Para conocer si una persona tiene sobrepeso u obesidad, necesitamos correlacionar su peso con su estatura. De aquí surge el concepto de índice de masa corporal o IMC (medido en Kg/m2). Este criterio de medida tiene ciertas limitaciones porque no informa de la distribución de la grasa corporal, ni diferencia entre masa magra y masa grasa.

Las personas con obesidad tienen un riesgo aumentado de sufrir complicaciones de salud, como enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Además, la obesidad es un factor de riesgo para otras afecciones graves, como diabetes mellitus tipo 2 (DM2), hipertensión arterial, dislipemia (colesterol y triglicéridos en sangre elevados), apnea obstructiva del sueño, osteoartritis, asma, hígado graso e incontinencia urinaria.

La obesidad en nuestro país es un problema de salud pública. La tasa de obesidad en España es mayor que la media de los países miembros de la OCDE en adultos y en niños es una de las más altas.

 

Clasificación de la obesidad según la OMS:

La Organización Mundial de la Salud (OMS) utiliza el IMC como criterio para estratificar el grado de obesidad. El IMC se calcula dividiendo tu peso (en kilogramos) por tu talla al cuadrado (en metros). Existen varias páginas web con una calculadora de IMC.

 
  • IMC < 18,5

  • IMC: 18,5 - 24,9

  • IMC: 25,0 - 29,9

  • IMC: 30,0 - 34,9

  • IMC: 35,0 - 39,9

  • IMC ≥ 40

 
 

Diferencias entre Wegovy ® y Ozempic ®

Wegovy ® y Ozempic ® son dos nombres comerciales para el mismo principio activo: semaglutida. Ambos medicamentos tienen las mismas propiedades y son comercializados por el laboratorio farmacéutico danés Novo Nordisk, especializado en el tratamiento de la diabetes, obesidad y trastornos endocrinos.

¿Por qué hay dos medicamentos con el mismo principio activo y comercializados por el mismo laboratorio? La principal diferencia entre Ozempic ® y Wegovy ® es que cada uno tiene una indicación clínica distinta:

  1. Ozempic ® tiene como indicación el tratamiento de la diabetes 2.

  2. Wegovy ® está indicado como complemento a una dieta baja en calorías y a un aumento de la actividad física para el control de peso, incluida la pérdida y el mantenimiento del peso, en adultos con obesidad (IMC ≥ 30 kg/m2) o con sobrepeso (IMC ≥ 27 kg/m2 y < 30 kg/m2) y al menos una comorbilidad relacionada con el peso (prediabetes o diabetes, hipertensión, dislipemia, apnea del sueño o enfermedad cardiovascular). 

Además de diferenciarse en la indicación clínica, se distinguen por las dosis comercializadas. Wegovy ® está formulado en presentaciones con más dosis que Ozempic ® para personas con diagnóstico de obesidad mórbida.

Ambos medicamentos (Ozempic ® vs. Wegovy ®) requieren prescripción médica y se administran una vez a la semana por vía subcutánea (se pincha en la piel del abdomen como la heparina o la insulina).

 

¿Por qué se adelgaza con Ozempic ®?

Ozempic ® es un agonista del receptor GLP-1, cuyas siglas corresponden a Glucagon-Like Peptide-1, una hormona intestinal que regula los niveles de azúcar en sangre y el apetito. La semaglutida (principio activo de Ozempic ®) activa los receptores del GLP-1, imitando los efectos naturales de esta hormona en distintos órganos del cuerpo.

Entre sus principales efectos destacan:

  • Disminución del apetito y aumento de la sensación de saciedad.

  • Retraso del vaciamiento gástrico, lo lo que prolonga la sensación de plenitud y saciedad después de comer, retrasando el momento en el que vuelve a aparecer el hambre.

  • Estimulación de la liberación de insulina por parte del páncreas, pero solo cuando los niveles de glucosa en sangre son altos.

  • Inhibición de la secreción de glucagón en el páncreas cuando los niveles de glucosa están normales o altos, lo que contribuye a mantener glucemias más estables.

Los dos primeros efectos están relacionados con la pérdida de peso. Se deben a la acción de la semaglutida sobre los receptores de GLP-1 en el tracto digestivo (que regulan el vaciamiento gástrico) y en las regiones cerebrales del hipotálamo y el tronco del encéfalo (que modulan el apetito y saciedad).

Por otro lado, los dos últimos efectos contribuyen al control de los niveles de azúcar en sangre por la acción de la semaglutida sobre los receptores de GLP-1 presentes en el páncreas. Es interesante ver cómo este fármaco produce cambios especialmente cuando los niveles de azúcar están altos, pero no cuando están bajos. Esto diferencia a semaglutida y resto de agonistas de GLP-1 de los otros fármacos antidiabéticos (como insulina y sulfonilureas) que pueden causar hipoglucemias aunque la glucosa esté en niveles normales.

En resumen, los pacientes en tratamiento con Ozempic ® pierden peso porque comen menos: sienten menos apetito y se sacian antes. Sin embargo, es importante entender que la sensación de saciedad no responde a señales naturales o aprendidas, sino que está inducida por el efecto farmacológico del medicamento. Cuando se deje de administrar, se pierde este efecto y hay riesgo de recuperar el peso perdido. Por este motivo, semaglutida está autorizado como complemento a una dieta baja en calorías y a un programa de actividad física.

La sensación de saciedad no responde a señales naturales o aprendidas, sino que está inducida directamente por Ozempic®.
 

¿Cuánto se adelgaza con Ozempic ®?

La pérdida de peso con Ozempic ® o Wegovy ® varía según la dosis, el peso inicial y los hábitos de vida de la persona (alimentación, ejercicio físico, estrés y descanso). Aunque, como veremos a continuación, la pérdida ponderal es muy notable durante el tratamiento, es frecuente recuperar parte del peso perdido cuando se termina, especialmente si no se han adquirido hábitos de vida saludables.

Los estudios iniciales publicados en 2017, que evaluaron semaglutida 1mg (Ozempic ®) en pacientes con diabetes 2, demostraron que este fármaco mejora significativamente los niveles de hemoglobina glicosilada —un marcador que refleja la glucemia promedio de los últimos meses— y además contribuye a bajar de peso. Este efecto secundario favorable sobre el peso corporal, abrió una nueva línea de investigación en el tratamiento de la obesidad, incluso en personas sin diabetes tipo 2.

Para evaluar el efecto de la semaglutida en la pérdida de peso en personas con obesidad, se llevaron a cabo estudios clínicos utilizando una dosis de 2,4 mg semanales. Todos los pacientes del estudio siguieron una dieta con déficit energético de 500 Kcal/día y aumentaron su actividad física (un mínimo de 150 minutos a la semana) durante todo el ensayo.

Los resultados demostraron que las personas con obesidad tratadas con Wegovy ® (semaglutida 2,4mg) lograron una pérdida media del 15 % del peso corporal inicial tras 16 meses de tratamiento (Wilding, 2021). Este efecto fue aún mayor cuando este tratamiento se combinó con una dieta aún más hipocalórica, más ejercicio físico a la semana y terapia cognitivo conductual intensiva (Wadden, 2021). Por el contrario, las personas con obesidad y diabetes tipo 2 que recibieron Wegovy ® perdieron aproximadamente la mitad de peso que las personas con obesidad y sin diabetes tipo 2.

Es importante que entendamos que estos resultados tan positivos no se debieron únicamente a la administración del fármaco. En los estudios donde se obtuvieron estos resultados, Wegovy ® iba acompañado de una intervención intensiva sobre los hábitos de vida (dieta hipocalórica y práctica regular de ejercicio físico).

También es importante considerar que en los estudios realizados, las personas mayores de 65 años estuvieron infrarrepresentadas y la experiencia con mayores de 75 años es muy limitada.

Dado que el tratamiento adelgazante con semaglutida es limitado en el tiempo, es muy importante ver qué ocurre después del tratamiento con Ozempic ®. Los endocrinólogos señalan que la mayoría de los pacientes tiende a recuperar el peso perdido. Esto se debe a que el efecto adelgazante de la semaglutida se basa principalmente en la reducción del apetito y el aumento de la sensación de saciedad. Es lógico pensar que, al interrumpir el tratamiento que sustituye el déficit hormonal de GLP-1, reaparezcan mecanismos que favorecen la obesidad: mayor apetito, umbral de saciedad más alto y reaparición de los antojos.

 

¿Cuánto dura el tratamiento con Ozempic ®?

La duración de un tratamiento con Ozempic ® o Wegovy ® depende de la indicación clínica, los objetivos del tratamiento y las características individuales de cada persona.

El tratamiento farmacológico de la diabetes tipo 2 es habitualmente crónico, como parte del control glucémico a largo plazo, junto con la recomendación de una dieta saludable y la realización de ejercicio físico regular. Por tanto, el tratamiento con Ozempic ® de la diabetes tipo 2 puede ser crónico o indefinido.

Por otro lado, cuando se utiliza semaglutida para el tratamiento de la obesidad, la duración suele ser de varios meses a algo más de un año. Con esta indicación clínica debe debe utilizarse Wegovy ®, que es la formulación específicamente aprobada para obesidad. Recordemos que Ozempic ® está autorizado únicamente en el tratamiento de la diabetes tipo 2, y su uso con fines de adelgazamiento fuera de esta indicación se consideraría fuera de ficha técnica (off-label).

Al finalizar el plazo de tratamiento (12-16 meses), si no se han consolidado cambios en el estilo de vida (alimentación, ejercicio, descanso y manejo del estrés), existe un riesgo elevado de recuperar parte del peso perdido. Por ello, es sumamente importante acompañar el tratamiento con semaglutida de un trabajo personal que permita un cambio sostenido en los hábitos de vida. En concreto, el acompañamiento nutricional por parte de una nutricionista sería ideal para fomentar una relación saludable con la comida, consolidar hábitos sostenibles y optimizar los resultados del tratamiento a largo plazo.

 

¿Quién debería iniciar tratamiento con Ozempic ® y Wegovy ®?

La semaglutida, el principio activo de Ozempic ® y Wegovy ®, se ha consolidado en las guías de práctica clínica como un tratamiento de segunda línea para la diabetes tipo 2 y la obesidad, respectivamente. Como tratamientos de primera línea se recomienda el cambio de hábitos de vida (dieta, ejercicio y descanso) en ambas enfermedades, y también la metformina en la diabetes tipo 2.

En el caso de la diabetes tipo 2, nos encontramos ante una enfermedad crónica, donde un correcto control glucémico evita severas complicaciones. La diabetes afecta principalmente a los ojos, riñones, nervios, corazón y cerebro. Para evitar el daño a todos estos órganos, las personas con diabetes deben controlar muy estrictamente sus cifras de azúcar en sangre, lo cual se logra con dieta, ejercicio y medicación. La semaglutida (bajo el nombre comercial Ozempic ®) ha demostrado ser un gran fármaco para normalizar los niveles de glucosa y, además, proporcionar una pérdida de peso que reduce el riesgo cardiovascular.

En cuanto a la obesidad, Wegovy ® (la formulación de semaglutida a dosis más altas) tiene aprobación para personas con un índice de masa corporal compatible con obesidad o con sobrepeso si presentan otras enfermedades asociadas al sobrepeso. En algunos casos, el tratamiento farmacológico de la obesidad con semaglutida puede suponer una alternativa válida y menos invasiva que la cirugía bariátrica, especialmente cuando los cambios en el estilo de vida han fracasado o no han conseguido resultados duraderos.

Nos surge la siguiente pregunta: ¿es semaglutida una buena opción para todas las personas con obesidad o sobrepeso que no presentan un riesgo clínico elevado?

Según datos del Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad, 2020, un 56 % de los adultos sufre obesidad (19 %) o sobrepeso (37 %). ¿Esto significa que más de la mitad de la población adulta española podría beneficiarse del tratamiento con semaglutida? En absoluto. La prescripción de Ozempic ® o semaglutida debería considerarse solo después de haber abordado de forma adecuada y sostenida los hábitos de vida, incluyendo la alimentación, la actividad física, el descanso y la salud mental. Por tanto, ni la cirugía bariátrica ni el tratamiento con medicamentos como Wegovy ® debe sustituir este enfoque integral, sino, en todo caso, complementarlo cuando sea necesario.

Antes de profundizar en qué cambios de hábitos de vida se recomiendan, conviene revisar con atención los posibles efectos secundarios y limitaciones que puede presentar el uso de semaglutida.

 

Precios de Ozempic ® y Wegovy ®

El precio de Ozempic ® no está al alcance de todos los bolsillos, especialmente si tenemos en cuenta que puede ser un tratamiento crónico. Aunque ambos sean medicamentos que contienen el mismo principio activo (semaglutida), Wegovy ® es más caro que Ozempic ® y no tiene financiación de la seguridad social. Recordemos que Ozempic ® solo está aprobado para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y no puede utilizarse con la finalidad de perder peso. Con esa indicación está aprobado Wegovy ®.

 

Precio de Ozempic ®

Ozempic ® se comercializa en España en dosis de 0,25mg, 0,50mg, 1mg y 2mg (esta última aún no disponible). Su forma farmacéutica en los cuatro formatos en la solución inyectable por vía subcutánea en una pluma precargada. Cada dosis se administra una vez a la semana y cada pluma contiene cuatro administraciones. Solo se vende con receta médica y tiene que ser el médico que lo prescriba el que establezca la dosis.

El precio de cada caja de Ozempic ® es de 128,15 €, con aportación reducida si se adquiere con una receta de la seguridad social. Las cuatro dosis tienen el mismo precio. Recordemos que cada pluma precargada que viene en cada caja se puede utilizar cuatro veces, por tanto, cada caja de Ozempic ® dura cuatro semanas.

 

Precio de Wegovy ®

Wegovy ® se comercializa en España como Wegovy FlexTouch ® solución inyectable en pluma precargada en dosis de 0,25mg, 0,50mg, 1mg, 1,7mg y 2,4mg. El precio de Wegovy ® varía en función de la dosis, desde 179,89€ hasta 292,03€. La administración es también semanal. Cada caja de Wegovy ® trae medicación para cuatro semanas. La dispensación de este fármaco está sujeta a prescripción médico y, a día de hoy (abril 2025), no tiene financiación si se compra con una receta de la seguridad social.

 

¿Qué problemas nos encontramos?

Hemos visto los esperanzadores y positivos resultados de este fármaco cuando se utiliza para tratar la diabetes tipo 2 y la obesidad, pero nos gustaría también abordar las dificultades y los problemas que su prescripción puede enfrentar.

En primer lugar, utilizar el IMC como criterio único para definir en qué personas está indicado el tratamiento adelgazante con semaglutida ha despertado muchas críticas en varios sectores médicos. En segundo lugar, la obesidad es una enfermedad muy compleja, cuyo tratamiento debe ser multidimensional. Creer que el problema lo puede resolver una medicación administrada durante un año es reduccionista y nos plantea otro problema: la recuperación del peso una vez concluido el tratamiento. Por último, algunas personas con atracón presentan problemas psiquiátricos o emocionales comórbidos que deben abordarse conjuntamente.

 

¿Es el IMC criterio suficiente para recomendar Semaglutida?

El IMC o índice de masa corporal es una herramienta muy útil por su sencillez, pero no debería ser el único criterio para decidir si tratar farmacológicamente a una persona con obesidad. El IMC es fácil de calcular, pero no distingue entre grasa y masa muscular, ni tampoco indica la distribución de la grasa corporal. Las personas que practican ejercicios de fuerza y tienen un gran desarrollo muscular pueden tener un IMC alto. El IMC tampoco discrimina bien en personas de talla baja, que retienen líquidos, ancianos o mujeres gestantes. Por este motivo, es importante tener en cuenta el nivel de actividad del individuo y la composición corporal (porcentaje de grasa y de masa muscular). Un culturista podría cumplir criterios para recibir semaglutida, pero no beneficiarse en absoluto. Por otra parte, la distribución de la grasa corporal también predice un riesgo cardiovascular: se considera mucho más dañina la grasa visceral que la subcutánea.

Por todo ello, varias organizaciones como la EASO (European Association for the Study of Obesity) o la AACE (American Association of Clinical Endocrinology) proponen valorar no solo el IMC, sino también:

  • La presencia de comorbilidades metabólicas. El tratamiento debe priorizarse cuando hay comorbilidades que agravan el pronóstico, como: hipertensión arterial, diabetes tipo 2 o resistencia a la insulina, dislipemia (colesterol o triglicéridos altos), síndrome de apnea obstructiva del sueño o hígado graso (esteatosis hepática).

  • El grado de impacto funcional y emocional. La obesidad no solo se mide en kilos, sino también en cómo afecta la vida cotidiana de la persona. En este sentido debemos de valorar: la dificultad para realizar actividades básicas (caminar, subir escaleras o ir a trabajar), presencia de dolor crónico (por ejemplo, en rodillas o espalda), afectación de la vida social o sexual y sufrimiento emocional (baja autoestima o autoestigma corporal).

  • Evolución del peso corporal a lo largo de la vida. No es lo mismo una persona que ha mantenido un peso estable durante años que otra que ha sufrido cambios importantes de peso, con ciclos repetidos de pérdida y recuperación (lo que se conoce como weight cycling).

  • Historia previa de dietas. Antes de plantear un tratamiento farmacológico, es necesario evaluar la adherencia y los resultados obtenidos con las intervenciones anteriores. El antecedente de fracasos repetidos de perder peso mediante dieta, ejercicio y apoyo psicológico puede indicar la necesidad de un tratamiento farmacológico.

  • Entorno psicosocial. El tratamiento de la obesidad no puede desligarse del entorno social, económico y emocional del paciente. Debemos considerar la situación familiar y laboral, la salud mental (estado mental actual y traumas pasados), la accesibilidad a alimentos saludables y la disposición a realizar ejercicio. Estos factores psicológicos y ambientales influyen decisivamente en la adherencia al tratamiento y en la motivación del paciente al cambio de hábitos.

En definitiva, la evaluación de un paciente con un IMC elevado es muy compleja y la elección del tratamiento óptimo debe realizarse tras una cuidadosa historia clínica, que incluya aspectos médicos, psicológicos, psiquiátricos y nutricionales.

 

¿Estamos simplificando lo complejo?

El creciente uso de semaglutida (Ozempic ®) como método para adelgazar ha reabierto el debate sobre cómo abordamos la obesidad en nuestra sociedad. Aunque se trata de un medicamento con evidencia científica y recomendado en las guías clínicas, conviene preguntarse si poner el foco en la disminución del apetito y de las ingestas (el mecanismo por el que se adelgaza con semaglutida) puede estar simplificando un problema mucho más complejo.

Durante años, la obesidad ha sido estigmatizada como una cuestión de falta de voluntad y de autocontrol. Esta narrativa pone el foco exclusivamente en el individuo, sin tener en cuenta los múltiples factores que intervienen en el desarrollo y mantenimiento del exceso de peso, como la educación nutricional, la estabilidad emocional y el contexto socioeconómico. Cuando esta visión reduccionista se acompaña de comentarios descalificadores como “está gorda porque quiere”, “porque no se cuida” o “porque no tiene fuerza de voluntad”, se agrava más la autoestima y se perpetúa el problema.

 

Ozempic ® para un cuerpo delgado y esbelto

Además, este enfoque puede reforzar el estigma hacia los cuerpos no normativos, y alimenta una presión social creciente por adelgazar y exhibir una figura delgada, más allá de cualquier criterio clínico. En este contexto, medicamentos como la semaglutida pueden percibirse como una solución rápida y accesible (para quien pueda permitírsela) a un problema que, en realidad, requiere una mirada multidimensional. La obesidad no es solo una cuestión médica, sino también nutricional, emocional y social, y abordarla exclusivamente desde la farmacología simplifica en exceso una realidad que tiene muchas capas. En el tratamiento de la obesidad intervienen médicos de familia, endocrinólogos, nutricionistas, psicólogos clínicos, psiquiatras y otros especialistas cuando hay comorbilidades, como cardiólogos, neumólogos, traumatólogos, etc.

El discurso que asocia delgadez con éxito, salud y autocontrol puede empujar a muchas personas a iniciar un tratamiento con semaglutida no por necesidad médica, sino por presión estética o social. ¿Estamos priorizando la salud del paciente o respondiendo a un mandato social? Cuando el objetivo principal pasa a ser la reducción del peso en la báscula —y no la mejora de la salud global y la calidad de vida—, corremos el riesgo de perpetuar una visión superficial y estigmatizante de la obesidad. Esto puede socavar los avances logrados por profesionales y movimientos sociales que llevan años trabajando para que la obesidad se entienda y se aborde como enfermedad compleja con un origen biopsicosocial. La propuesta de semaglutida como solución aislada ante un problema tan complejo y crónico como la obesidad, priva al paciente de tomar conciencia de la importancia de otros abordajes imprescindibles en la obesidad.

Semaglutida no debería sustituir a dieta saludable ni al ejercicio físico. Por el contrario, semaglutida puede ser un complemento muy interesante a los cambios en los hábitos de vida que una persona con obesidad debe afrontar.

 

Ozempic ® y los trastornos de conducta alimentaria

Una de las causas del sobrepeso y la obesidad es la comorbilidad con un trastorno psiquiátrico, especialmente con los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Antes de iniciar un tratamiento con Ozempic ® se debería descartar un trastorno de la conducta alimentaria, como bulimia nerviosa o trastorno por atracón. Estos dos trastornos cursan con episodios de atracones que pueden llevar a conductas compensatorias (vómitos autoprovocados y abuso de laxantes) en la bulimia y a sobrepeso u obesidad en el trastorno por atracón. En estos casos, se recomienda iniciar un tratamiento específico para el TCA a través de un equipo multidisciplinar que incluya nutricionista, psicólogo clínico y psiquiatra especialista en conducta alimentaria.

Las investigaciones específicas sobre el uso de semaglutida para tratar los atracones han logrado resultados prometedores pero aún son preliminares porque los estudios son limitados. Todavía no podemos asegurar si la semaglutida y los agonistas GLP-1 puede mantener, mejorar o empeorar los síntomas de un TCA (Bartel, 2024). En cualquier caso, debemos tener en cuenta que, aunque la semaglutida pueda controlar los síntomas en el corto plazo, se deben abordar los factores emocionales y psicológicos subyacentes. Las recomendaciones actuales del abordaje del trastorno por atracón incluye la combinación de una correcta educación alimentaria, ejercicio físico y un tratamiento multiprofesional, en el que intervienen nutricionista, psicólogo y psiquiatra.

No debemos olvidar que algunos medicamentos pueden presentar como efecto adverso un incremento del apetito y, por tanto, del peso. No es extraño que medicamentos como mirtazapina u olanzapina provoquen atracones nocturnos. Esta es una situación que debe abordar individualmente el psiquiatra valorando riesgos y beneficios de la medicación, en la que, en muchos casos, se puede optar por un ajuste de dosis o cambio de medicación.

 

Efectos secundarios de semaglutida

La semaglutida es un tratamiento en general bien tolerado pero, como cualquier medicamento, puede producir efectos secundarios indeseables. La mayoría están relacionados con el sistema digestivo, especialmente al inicio del tratamiento o con cada aumento de dosis.

Para reducir la probabilidad de síntomas gastrointestinales, la dosis se debe escalar durante un periodo de varias semanas hasta alcanzar la dosis deseada de mantenimiento. Habitualmente, se realizan aumentos de aproximadamente el doble de dosis cada 4 semanas, pero hay que seguir las indicaciones del médico y del prospecto del medicamento.

Los efectos secundarios más frecuentes de Ozempic ® son: náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal y pérdida de apetito. También puede aparecer: eructos, hinchazón abdominal, digestiones pesadas, cansancio, mareo o reflujo. Estos efectos adversos suelen ser transitorios y mejorar con el paso de los días, aunque pueden volver a aparecer al subir la dosis.

Los efectos secundarios más graves observados han sido: hipoglucemias, pancreatitis aguda, cálculos biliares y colecistitis. La diarrea, náuseas y vómitos pueden provocar deshidratación que puede conducir a problemas renales.

 

Ozempic face

Se ha hablado mucho en los medios de comunicación de la cara de Ozempic (Ozempic face). La pérdida de peso provocada por el tratamiento con semaglutida puede producir cambios en la composición corporal, incluida la elasticidad de la piel y el tono muscular. Estos cambios corporales pueden afectar también al aspecto facial, que pierde grasa facial de relleno y adquiere un aspecto envejecido con la piel caída y flácida. Estos cambios en la apariencia facial pueden afectar a la autoestima y autoconcepto del paciente.

 

Contraindicaciones de semaglutida

Ozempic ® está contraindicado en personas alérgicas a la semaglutida o a cualquiera de sus ingredientes.

El riesgo más grave de Ozempic ® es su posible asociación con tumores del tiroides. En estudios con roedores, Ozempic® y otros medicamentos que actúan como Ozempic ® causaron tumores en la tiroides, incluso cáncer de tiroides. Se desconoce si Ozempic ® causará tumores en la tiroides o un tipo de cáncer de tiroides llamado carcinoma medular de tiroides en las personas. Por este motivo, Ozempic ® está contraindicado en personas con antecedentes personales o familiares de carcinoma medular de tiroides o en personas con una enfermedad del sistema endocrino llamada síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN-2).

 

¿Qué ocurre después de Ozempic ®?

Hemos visto con Ozempic ® ayuda a perder un 15 % del peso corporal por término medio, pero ¿qué ocurre cuando se finaliza el tratamiento? Es habitual recuperar una parte del peso perdido una vez finalizado el tratamiento con Ozempic ® o semaglutida. Este “efecto rebote” es parecido al que presentan las dietas restrictivas o las “dietas milagro”, que ayudan a perder mucho peso en poco tiempo, pero que se recupera rápidamente al volver a la dieta previa.

La mayoría de los estudios en obesidad con semaglutida se han fijado en el cambio de peso y de IMC, pero mucho menos en el impacto en la composición corporal y en la preservación de la masa magra (tejido muscular). A priori, parece que la mayoría del peso se pierde a expensas de la grasa corporal, sin embargo en algunos pacientes se ha observado una reducción notable de la masa magra de hasta el 40 % del peso perdido (Bikou, 2024). Por este motivo, es conveniente realizar una monitorización de la composición corporal para, en caso de que se pierda tejido muscular, se pueda indicar un entrenamiento de fuerza para revertir la pérdida de musculatura. Hay que ser conscientes de que este entrenamiento requiere tiempo, compromiso, constancia y dinero (ropa deportiva, material, cuota de gimnasio, entrenador…).

Tras el tratamiento con semaglutida puede haber un efecto rebote.
 

Cómo prepararse para la retirada de Ozempic

Al planificar la suspensión del tratamiento con semaglutida, uno de los aspectos más importantes a considerar es el riesgo de recuperar parte del peso perdido. Este fenómeno, conocido como “efecto rebote”, se puede prevenir si se semaglutida se acompaña de cambios en el estilo de vida.

Para reducir el riesgo de recuperar el peso perdido, es fundamental que el tratamiento con semaglutida no haya sido la única estrategia terapéutica utilizada, sino que se haya acompañado de:

  • La adopción de hábitos nutricionales saludables y duraderos.

  • La incorporación de ejercicio físico regular.

  • La mejora de la relación con la comida, evitando la ingesta con finalidad ansiolítica o impulsiva.

  • La obtención de una estabilidad emocional, en la que se hayan desarrollado estrategias adaptativas de autorregulación emocional (en lugar de a través de la comida) y de aceptación de la imagen corporal.

  • El mantenimiento de la motivación y de los hábitos de vida saludables después de la medicación.

Algunos especialistas en nutrición sostienen que durante el tiempo que el paciente está tomando semaglutida es difícil trabajar su relación con la comida. Alegan que el fármaco silencia sus sensaciones de hambre y es difícil ayudarles a establecer estrategias de escucha interna, gestión del apetito y la saciedad, así como del control de los impulsos sobre la comida. Por el contrario, la ausencia de apetito y la rápida sensación de saciedad facilitan significativamente la adherencia a dietas hipocalóricas. Lo complicado es que logren mantener la adherencia a estas dietas después de terminar el tratamiento con semaglutida.

En resumen, combinar semaglutida con cambios en el estilo de vida, como la incorporación de ejercicio físico regular y la instauración de hábitos nutricionales saludables, potencia los resultados obtenidos durante el tratamiento y ayuda a prolongarlos una vez finalizados.

 

Recomendaciones antes de empezar con Ozempic ® o Wegovy ®

Antes de empezar con un tratamiento con semaglutida para perder peso (Wegovy ®), es fundamental que el médico realice una evaluación clínica completa. La prescripción de semaglutida y otros agonistas del GLP-1 debe basarse en criterios médicos que claramente beneficien la salud del paciente. La prescripción de estos medicamentos no deberían perseguir una solución rápida y fácil ante la insatisfacción por la figura o la presión social por adelgazar.

 

Evaluación médica integral

Antes de prescribir semaglutida a una persona con sobrepeso u obesidad, se debería hacer una valoración individualizada de aspectos como:

  • IMC y composición corporal, ya que el IMC por sí mismo aporta una información insuficiente. No es igual un IMC elevado cuando el exceso de peso corresponde a musculatura (culturistas) o a grasa, ni si esta es visceral o subcutánea.

  • Presencia de comorbilidades médicas asociadas al sobrepeso: diabetes tipo 2, dislipemia, hipertensión, apnea del sueño, hígado graso, entre otras.

  • Comorbilidad psiquiátrica, especialmente en personas con antecedentes o síntomas actuales de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como atracones, restricción, purgas o dismorfia corporal.

  • Estilo de vida actual, incluyendo alimentación, ejercicio físico, sueño, niveles de estrés y apoyo social.

  • Hábitos nutricionales y relación con la comida.

  • Motivación y expectativas del paciente respecto al tratamiento.

 

Cambio en el estilo de vida previo al inicio de semaglutida

Antes de considerar Ozempic ® (semaglutida) como opción terapéutica, asegúrate de haber intentado hacer cambios en tu estilo de vida, centrándote en mejorar tu alimentación y en la incorporación de actividad física adaptada. Te recomendamos que incluyas un acompañamiento nutricional personalizado con un enfoque integral en el que de forma amable y sin juicios te muestre cómo:

  • Combinar alimentos para diseñar platos sencillos, equilibrados y nutritivos.

  • Valorar cantidades y ajustar el tamaño de cada porción.

  • Hacer una compra saludable.

  • Reconectar con tus señales internas de hambre y saciedad.

  • Diseñar un plan alimentario realista que se adapte a sus gustos, necesidades y ritmo de vida.

  • Comer con atención (mindful eating), observando la velocidad de la ingesta y cómo afecta a tus hábitos de alimentación.

  • Aprender a escoger mejor los platos más sanos del menú cuando se come fuera en restaurantes, ya sea por reuniones de trabajo, celebraciones o viajes.

  • Comprender la función fisiológica de los alimentos que te aportan nutrientes y cómo adaptarlos a distintos momentos del día o de la vida.

  • Revisar posibles reglas alimentarias rígidas o heredadas: cuestionarlas y darte recursos para flexibilizarlas.

  • Distinguir entre peso corporal total y composición corporal, y entender el riesgo de una pérdida de peso que no preserve la masa muscular.

  • Reflexionar sobre la diferencia entre “hacer dieta” o “estar a dieta” y cambiar nuestros hábitos de forma sostenible.

Cambiar nuestros hábitos de vida no es tarea fácil. En muchos casos, estos están muy arraigados, vienen heredados de nuestros padres o los ha moldeado nuestro ajetreado ritmo de vida que deja poco tiempo para el autocuidado. Sin embargo, como suele decirse, “todo esfuerzo tiene una recompensa”. Adoptar hábitos de vida más saludables puede tener un impacto significativo y duradero en la salud física, mental, emocional y social de una persona, contribuyendo a vivir más años con mejor calidad de vida. No se trata únicamente de perder peso, sino de abordar de forma integral los siguientes aspectos:

  • La relación con la comida.

  • El autoconcepto corporal.

  • La regulación emocional.

  • El contexto personal y social del paciente.

Por eso, el cuidado de la salud solo puede entenderse desde un enfoque multidimensional, que integre el bienestar físico, emocional, mental y social. Iniciar un tratamiento farmacológico sin haber recorrido antes este camino puede limitar sus beneficios, o incluso generar frustración o efectos adversos innecesarios.

 

Conclusiones

La aparición de los agonistas del receptor GLP-1 en el mercado ha supuesto una revolución en el tratamiento tanto de las personas con diabetes tipo 2 como con obesidad que habían tenido una mala respuesta a tratamientos previos. Sin embargo, no estamos ante la solución a la epidemia de obesidad que asola a los países industrializados. Tampoco ha cambiado el paradigma del tratamiento de la obesidad. Semaglutida es una herramienta más que, en ningún caso, puede sustituir a la adopción de hábitos de vida saludables, necesarios para prevenir la obesidad y mantener en el tiempo la eficacia de los tratamientos.

Desde luego va a haber personas que se van a poder beneficiar mucho de esta medicación, como aquellas que son candidatas a cirugía bariátrica y que pueden gastar su último cartucho antes de pasar por quirófano. Pero, por el contrario, no debería ser la primera medida terapéutica en aquellas personas que no se sienten a gusto con su imagen corporal o que tienen sobrepeso y no han agotado otras opciones, como los cambios en los hábitos de vida.

Antes de iniciar un tratamiento con semaglutida para la obesidad o el sobrepeso, te recomendamos que explores con tu médico otras alternativas terapéuticas que puedan ser eficaces y sostenibles a largo plazo. Es importante que os preguntéis si realmente necesitas este tratamiento en este momento, y si has agotado otras opciones terapéuticas disponibles, especialmente aquellas que abordan de forma integral las causas de tus dificultades con el peso. Tanto si decidís optar o no por la semaglutida, no olvides que esta no sustituye la adopción de hábitos de vida saludables.

 

Nuestro equipo de colaboradores que pueden ayudarte

La obesidad es una enfermedad compleja que requiere un abordaje integral e interdisciplinar. Además del médico de familia y del endocrino, múltiples especialistas pueden verse involucrados para tratar sus consecuencias (traumatólogos, ginecólogos, neumólogos). No debemos olvida que un especialista en nutrición clínica y un psicólogo clínico pueden ayudarte a controlar el peso y a mejorar tu bienestar y calidad de vida.

 

Nutricionista

Una nutricionista puede acompañarte en todo el proceso de pérdida de peso, ayudándote a mejorar tu relación con la comida y estableciendo pautas nutricionales adaptadas a tus necesidades. Tanto antes como durante y después de un tratamiento con semaglutida, el acompañmiento nutricional es imprescindible.

 

Psicóloga clínica

El sobrepeso y la obesidad en muchos casos está ligada a la dificultad para gestionar el estrés y las emociones negativas. Una psicóloga clínica te puede facilitar herramientas de regulación emocional, reducir la ansiedad y el estrés y trabajar sobre traumas del pasado.

 
Psicóloga para semaglutida y Ozempic.

Psicóloga clínica especialista en obesidad

 
 

Psiquiatra

Con frecuencia la obesidad se acompaña de atracones, ansiedad o síntomas depresivos. Recomendamos consultar con una psiquiatra especialista en trastorno de la conducta alimentaria estos síntomas.