Problemas de lectura, dislexia y trastornos del aprendizaje
El aprendizaje de la lectura y la escritura es un proceso gradual que comienza en las etapas educativas iniciales. Desde Educación Infantil se va perfeccionando a lo largo de gran parte del periodo escolar.
Tanto la lectura como la escritura son habilidades necesarias para establecer, de forma progresiva, aprendizajes más complejos. Como adultos tenemos automatizados los procesos de lectura y escritura y nos parece algo sencillo. Algunos niños y adolescentes pueden sufrir mucho si no logran automatizarlos. Estos estudiantes van a cometer muchos errores de ortografía, leer despacio y con poca precisión o no van a entender lo que han leído.
Problemas de lectoescritura
Cuando el aprendizaje de la lectura o de la escritura no tiene la evolución esperada en acorde a la edad y al nivel de inteligencia del niño o del adolescente, podríamos estar hablando de un Trastorno específico de aprendizaje. Este problema conlleva una dificultad para aprender las aptitudes académicas básicas que tiene lugar durante el periodo de desarrollo, que coincide con la etapa escolar. Las aptitudes académicas básicas incluyen: la lectura de palabras, la comprensión de la lectura, la expresión escrita, la ortografía, el cálculo y el razonamiento para resolver problemas matemáticos. Estas aptitudes tienen que ser enseñadas y aprendidas, a diferencia de otros hitos del desarrollo que surgen con la maduración de la corteza cerebral, como caminar y hablar. Estas aptitudes básicas permiten aprender otras materias académicas, como la historia, las matemáticas o la geografía.
En la mayoría de los niños, las dificultades del aprendizaje suelen ser ya muy evidentes en los primeros años escolares. Sin embargo, en algunos casos, estas dificultades pueden no manifestarse hasta cursos más avanzados cuando las exigencias académicas superen las capacidades limitadas del menor.
Los niños con un trastorno del aprendizaje suelen cosechar pobres resultados académicos. En algunos casos, los resultados académicos son normales, pero a cambio de un extraordinario esfuerzo o apoyo. Por este motivo, intervenir lo antes posible es clave para mejorar el pronóstico. Se recomienda realizar una evaluación neuropsicológica ante la sospecha de un problema de aprendizaje. Esta evaluación permite identificar las dificultades existentes y proporciona una base sobre la que dar las orientaciones necesarias a los menores, a sus padres y a sus tutores.
Problemas de aprendizaje
Los Trastornos del aprendizaje en las áreas académicas de expresión escrita, lectura y matemáticas son muy frecuentes y afectan a entre un 5 y un 15 % de los niños en edad escolar.
Cuando las dificultades se relacionan con la lectura y la escritura, se denomina también Dislexia. Además de encontrar dificultades con la lectoescritura, algunas personas presentan dificultades con las matemáticas y tienen problemas para hacer operaciones aritméticas sencillas o para tener un razonamiento matemático correcto.
¿Qué es la dislexia?
Se trata de un Trastorno de la lectoescritura, o mejor dicho del aprendizaje de la lectoescritura. No todos los niños que lo padecen presentan las mismas características o el mismo patrón. Cada persona con dislexia presenta unas particularidades específicas. Es el trastorno de aprendizaje más frecuente.
En la dislexia encontramos problemas en la lectura y en la escritura.
Problemas con la lectura
Lectura lenta
Falta de fluidez en palabras más complejas, la lectura es lenta y silábica, no llegando a automatizar el proceso.
Errores de equivalencia fonológica (leer “seso” en vez de “queso”.
Omitir palabras o trozos de palabras.
Añadir palabras
Sustituir algunos sonidos por otros (leer “maleta” en vez de “maceta”).
Identificación de la primera letra o sílaba y cambiar la palabra (leer “camiseta” por “camioneta”)
Problemas con la escritura
Dificultades para expresarse por escrito: el niño utiliza frases cortas con pocas palabras, estructuras muy sencillas y lo que escribe está poco organizado.
Omisión de letras o sílabas (Escribir “choolate” en vez de “chocolate”.
Sustituciones de letras (escribir “ñeve” en vez de “nieve”).
Frecuencia elevada de errores ortográficos: no es capaz de ir interiorizando las reglas ortográficas que se utilizan, confundiendo “b” con “v”, “g” con “j”, y no es capaz de realizar una correcta utilización de la “h”.
Dificultad para separar palabras: en el momento de escribir frases puede unir palabras, sin saber distinguir las distintas unidades dentro de una frase. Por ejemplo, en vez de escribir “La casa es roja”, puede escribir “Lacasa es roja”
Otros síntomas que pueden aparecer en la dislexia es la dificultad para deletrear o, también, lectura y escritura lentas. Como consecuencia el niño tiende a evitar todas aquellas actividades que se relacionen con la lectura y la escritura.
¿Cómo se diagnostica la dislexia?
Para hacer el diagnóstico de dislexia hace falta descartar otras patologías que justifiquen las dificultades en la lectoescritura, como un bajo cociente intelectual o un problema visual o auditivo. En la gran mayoría de los casos, la dislexia aparece en personas con inteligencia totalmente normal.
Dado que ciertos aspectos de la dislexia persisten y acompañan a quien lo padece durante toda la vida, es importante hacer un diagnóstico precoz por un especialista en neuropsicología clínica y comenzar tratamiento temprano.
Dificultades de lectura
Las dificultades en la lectura suelen reflejarse en cuatro características:
precisión de la lectura de palabras
velocidad de lectura
fluidez de lectura
comprensión de la lectura.
Por tanto, no solo hay que fijarse en que el niño lea rápido, preciso y con fluidez, sino que también debe comprender lo que está leyendo. Para ello, debemos asegurarnos de que es capaz de explicar el sentido del texto o frase.
Dificultades de escritura
Cuando las dificultades se asocian únicamente al proceso de escritura podremos encontrar todos o alguno de los siguientes errores:
Mala distribución de palabras y frases en el espacio: cuando observamos la escritura del niño en un folio en blanco, la distribución de las frases, palabras o texto es muy irregular y no está organizada dentro del espacio disponible.
Escritura poco legible.
Demasiada presión al escribir.
Agarre inadecuado del lápiz.
Letras pequeñas y poco precisas.
Repetición de trazos dentro de las palabras
Letras incompletas o invertidas.
Presencia de errores ortográficos (en el caso de que los errores fuesen únicamente de este tipo estaríamos hablando de disortografia).
Presencia de errores como omisión de letras o sílabas, rotación de letras, sustitución e inversión de grafemas.
Psicóloga especialista en problemas de lectura, escritura y dislexia
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