El TDAH desde la perspectiva de la Neurodiversidad

El Trastorno por déficit de atención con hiperactividad clásicamente se ha considerado un trastorno del neurodesarrollo. Los trastornos del neurodesarrollo son un grupo de afecciones que se manifiestan precozmente, en la infancia, y que se caracteriza por un déficit en el desarrollo. El rango del déficit es muy variable, puede ir desde un problema concreto de aprendizaje hasta una discapacidad intelectual. Los trastornos del neurodesarrollo son altamente heterogéneos, ya que incluyen problemas tan distintos entre sí como: TDAH, autismo, trastornos motores (problemas de coordinación o tics), discapacidad intelectual, trastornos específicos del aprendizaje o del lenguaje. Todos estos trastornos no solo son poco parecidos entre sí, sino que personas diagnosticados del mismo trastorno pueden tener perfiles neurocognitivos muy diferentes entre sí. Esta heterogeneidad nos lleva a la controversia actual de si entender estas condiciones sustituyendo la noción de trastorno basado en la disfunción con el de neurodiversidad.

 
Neurodiversidad y TDAH
 
 

Del Trastorno del neurodesarrollo a la Neurodiversidad

Desde la perspectiva de la neurodiversidad, estas condiciones (antes denominadas Trastornos del neurodesarrollo) son vistas como variaciones en la estructura y función cerebral, que llevan a modos de pensar y comportarse diferentes de los de la mayoría de la gente. Estas diferencias que, hasta ahora se habían visto exclusivamente como defectos, en realidad, también podrían ser ventajosas bajo algunas circunstancias, tanto para la persona como para la sociedad.

La neurodiversidad se refiere a modos de pensar y comportarse diferentes a los de la mayoría de la gente.
— L. Javier Irastorza
 

Neurodiversidad en ambientes neurotípicos

Cualquier deficiencia experimentada por personas neurodiversas ocurre, no como una parte intrínseca del trastorno que sufren, sino por el desencuentro entre su modo de pensar y comportarse comparado con el de su ambiente. Los ambientes en los que vivimos están estructurados según las perspectivas neurotípicas. Además, tales perspectivas pueden devaluar y socavar las capacidades, fortalezas y cualidades únicas que los individuos neurodiversos emplean. La experiencia de vivir, por ejemplo, con TDAH o un trastorno del espectro autista se evalúa en base a las exigencias de los ambientes neurotípicos. En estas personas, el terapeuta debería poner el foco terapéutico no solo en mejorar la disfunción, sino también en descubrir las fortalezas y talentos de la gente neurodiversa. Para ello, es importante que el profesional conozca cuáles son las cualidades que más habitualmente se relacionan con su condición. Por ejemplo, las personas con TDAH pueden ser muy creativas y gozar de una incansable energía. Por su parte, las personas con espectro autista tienen mucho ojo para los detalles y suelen poseer un pensamiento ordenado.

Las diferencias que exhiben las personas neurodiversas pueden considerarse ventajosas en algunas circunstancias.
— L. Javier Irastorza
 

Neurotípico y Neurodiverso

Para quienes no estén familiarizados con los términos neurotípico y neurodiverso, lo explicamos a continuación.

Se habla de una persona neurotípica para hacer referencia a quien se ajusta a los patrones neurológicos típicos de la sociedad. Dicho de otra manera, llamaríamos neurotípico a alguien que piensa, se comunica y se comporta de una forma considerada “normal” en la sociedad en la que vive y sin que se vea afectado por una condición neuropsiquiátrica.

Por su parte, decimos de alguien que es neurodiverso cuando su funcionamiento cognitivo, comportamiento o modo de comunicarse no se ajuste a los patrones habituales de la sociedad. Según la medicina convencional, este distanciamiento de los patrones típicos de la sociedad estaría influenciado por la presencia de una enfermedad neuropsiquiátrica.

Estos términos, neurodiverso y neurotípico, se utilizan para evitar hablar de un trastorno o de un problema. En su lugar, se denomina a personas que se comportan de forma típica o de forma distinta.

 
Neurodiverso y neurotípico
 
 

El TDAH desde la perspectiva neurodivergente

La perspectiva neurodivergente nos empuja a ver el TDAH como parte de un espectro más amplio de una variabilidad que ocurre naturalmente entre individuos. Las personas podemos ser más o menos despistadas, más o menos impulsivas y más o menos capaces de retener un texto complejo de una sola lectura. Incluso, la misma persona, en dos momentos distintos puede exhibir distintas habilidades o comportamientos.

Conceptualizar el TDAH como una neurodivergencia no significa que no haya que hacer nada desde una perspectiva sanitaria porque se considere una variante de la normalidad o el extremo del espectro. La realidad es que estas personas se pueden beneficiar de un tratamiento que mejore los síntomas del TDAH y les haga sentirse mejor. La ventaja de ver el TDAH como neurodivergente radica en otros aspectos:

  • puede reducir su estigma.

  • puede promover la aceptación de la enfermedad.

  • ayuda a identificar y valorar las fortalezas y necesidades únicas que caracterizan cada individuo

 

Nuevas estrategias terapéuticas neurodiversas

Esta nueva conceptualización del TDAH como neurodivergente en detrimento del concepto de Trastorno del neurodesarollo exige el diseño y desarrollo de nuevas intervenciones y abordajes con una visión holística. Por ejemplo, se podrían implementar adaptaciones ambientales, así como ayudar a los individuos a encontrar ambientes en los que puedan sentirse más cómodos y seguros y que les permiten crecer.

Los profesionales, por nuestra parte, deberíamos luchar para identificar y potenciar las fortalezas de estas personas.

Estas estrategias terapéuticas neurodiversas obtendrían como resultado:

  • reforzar el nivel de resiliencia.

  • ayudar a reducir el riesgo de resultados negativos.

  • impulsar el bienestar.

  • estimular el aprendizaje de habilidades de enfrentamiento.

Se debe reconceptualizar como se percibe y también cómo se trata el TDAH. El fallo en reconocer tales cualidades positivas puede llevar a estas personas a sentir vergüenza, sentirse estigmatizados y con baja autoestima, que podría resultar en problemas de salud mental.

 
TDAH y neurodivergente
 
 

Fortalezas de las personas con TDAH

Como hemos ido comentando el movimiento de la neurodiversidad pretende, entre otras cosas, resaltar las fortalezas de las personas neurodiversas. En concreto las personas neurodiversas diagnosticadas de TDAH pueden tener muchas fortalezas y/o ventajas. No solo nos referimos a las personas con TDAH y altas capacidades, de las que ya hemos hablado en otro post, sino de otras cualidades intrínsecamente relacionadas con el TDAH.

Desde el punto de vista teórico, la investigación basada en las fortalezas tiene uno e sus orígenes en la psicología positiva. Por otra parte, el modelo de la neurodiversidad realza la importancia que tienen las perspectivas y experiencias de los individuos neurodiversos, animándoles a llevar el control de las narrativas sobre sus vidas.

 

¿Cuáles son las áreas de fortaleza en personas con TDAH?

Las personas con TDAH pueden tener elevados niveles de energía, optimismo, buen humor, ser aventureros, tener buenas habilidades para la comunicación verbal, pensamiento lógico y razonamiento. Algunas dimensiones del TDAH, como una capacidad elevada de concentración en un área de interés, lo que se conoce como hiperenfoque (o hyperfocus en inglés) puede resultar adaptativo en algunas personas en determinadas tareas.

En estudios realizados en mujeres, se ha visto que presentan también rasgos positivos: alta energía, creatividad, determinación, interés por lo novedoso, son aventureras y con deseo de tomar riesgos. En algunos casos, tomar riesgos excesivos puede ser un problema, pero en otros puede ser de mucha ayuda.

En resumen, podemos ver que tener TDAH no es negativo en todos los contextos.

 

Integración del enfoque neurodiverso en el tratamiento del TDAH

El enfoque neurodiverso en el tratamiento del TDAH pretende poner el foco en adaptar el ambiente al individuo para que sea más acogedor a lo neurodiverso. Los ambientes que se han de adaptar son las escuelas, los centros de trabajo y otros lugares, como clubs sociales. Para poder hacer estos ambientes más favorables y respetuosos con lo neurodiverso, también necesitamos cambiar las actitudes de las personas neurotípicas, ya que tienden a crear entornos de estigma, acoso o bullying, baja autoestima y problemas de salud mental.

Se ha visto que la aceptación social de las personas con TDAH o neurodiversas puede actuar contra los problemas de conducta, la crianza negativa y la inatención. También se ha podido comprobar que los niños con TDAH que perciben más apoyo social suelen tener un mejor autoconcepto y bienestar emocional.

Este enfoque contrasta con la expectativa de que el psiquiatra o el psicólogo elimine el déficit con medicación o mediante intervenciones psicoterapéuticas. En su lugar, este enfoque busca transformar el modo en cómo se ven los individuos con neurodivergencia, y que pueda ser a través de una perspectiva basada en fortalezas que facilita sus aptitudes y talentos.

No hay contradicción entre las aproximaciones tradicionales, que buscan dar a los individuos neurodiversos recursos adicionales a través del tratamiento clínico, y las aproximaciones neurodiversas, que tratan de adaptar los ambientes y transformar las actitudes neurotípicas. Ambas aproximaciones son beneficiosas y, juntas, mejorarán la vida de la gente neurodiversa.

Pero el cambio del foco hacia fortalezas lleva el riesgo de descuidar las necesidades insatisfechas en individuos neurodivergentes. También es importante valorar las necesidades únicas de las personas neurodiversas e intentar satisfacerlas modificando el ambiente.

La fortaleza real de la diversidad subyace en las diferencias entre las personas. Gracias a esta diversidad, a la variabilidad en la experiencia, a la forma de resolver problemas y a su creatividad, las personas neurodiversas tienen mucho que aportar a nuestra sociedad.