Apuestas online: jugador profesional o adicción al juego
¿Cómo podemos diferenciar a un jugador habilidoso de un jugador patológico? Los dos pueden llegar a realizar multitud de apuestas y apostar grandes cantidades de dinero pero, ¿cómo se distingue uno de otro? ¿Están en riesgo de desarrollar una ludopatía?
La popularización de los juegos de azar y de apuestas online en los últimos años, impulsados por el uso universal del teléfono móvil inteligente o smartphone, ha incrementado peligrosamente el número de jugadores en el mundo. La elevada accesibilidad a estas plataformas desde cualquier dispositivo electrónico, a cualquier hora del día y desde cualquier lugar ha expuesto a más personas al riesgo de desarrollar una adicción. Paralelamente, hay un mínimo porcentaje de jugadores que no juegan por divertirse ni como entretenimiento y tampoco cumplen criterios de una adicción, son los jugadores profesionales o habilidosos.
Qué es un jugador profesional habilidoso
Un jugador profesional habilidoso basa su éxito en estrategias, conocimientos y toma de decisiones racionales, en lugar de depender exclusivamente del azar. A diferencia del jugador recreativo, que apuesta por entretenimiento y suele dejarse llevar por la excitación o la intuición, el jugador profesional ve el juego como un medio de generar ingresos, aplicando un método disciplinado de apuestas. Su éxito no radica en la suerte, sino en la habilidad, el análisis y la gestión del riesgo, lo que le permite convertir el juego en una actividad rentable a largo plazo.
Este tipo de jugador es capaz de identificar y explotar errores o discrepancias en las cuotas de las casas de apuestas, utilizando estrategias matemáticas y comparando probabilidades entre distintas plataformas. Conocidos también como "apostadores profesionales", "jugadores calculadores" o "arbitradores", logran obtener beneficios estudiando detalladamente las cuotas y aplicando sistemas de apuesta que minimizan riesgos y maximizan oportunidades de ganancia.
🔑¿Qué es la cuota de una apuesta?
La cuota de una apuesta es el número que indica cuánto dinero puedes ganar por cada unidad apostada si tu pronóstico es correcto. Por ejemplo, si la cuota es 2,5, significa que por cada 1 € apostado, recibirás 2,50 € en total si ganas (1 € de apuesta + 1,50 € de beneficio). En caso de perder, perderás el importe apostado.
Cuanto mayor sea la cuota, mayor será el posible beneficio, pero también será menos probable acertar la apuesta. Las casas de apuestas calculan estas cuotas basándose en probabilidades y márgenes de beneficio, que suelen oscilar entre un 2 % y un 10 %, dependiendo del evento y la plataforma.
Un ejemplo clásico de cómo las probabilidades y los márgenes influyen en las apuestas se encuentra en el juego de la ruleta. La ruleta europea tiene 37 números (del 0 al 36), por lo que si apuestas al rojo, la probabilidad de ganar no es exactamente del 50 %, sino de 48,65 % (18/37). En cambio, la ruleta americana, que añade un número extra (el 00), tiene 38 casillas, reduciendo la probabilidad de ganar una apuesta al rojo a 47,37 % (18/38). Esto hace que la ventaja de la casa varíe: en la ruleta europea, el margen es del 2,70 %, mientras que en la americana asciende al 5,26 %, aumentando las probabilidades de pérdida para el jugador.
En definitiva, las cuotas reflejan las probabilidades de un evento y el margen de beneficio de la casa, lo que significa que cuanto más improbable sea un resultado, mayor será la cuota y el posible premio, pero también el riesgo de perder.
Tipos de jugadores profesionales habilidosos
El mundo de las apuestas deportivas y los juegos de azar no solo depende de la suerte. Detrás de cada éxito consistente suele haber un enfoque meticuloso, conocimiento profundo y estrategias bien definidas. Los jugadores profesionales más habilidosos no apuestan al azar, sino que analizan, calculan y toman decisiones basadas en datos y oportunidades concretas. A continuación, exploramos los perfiles más comunes de estos jugadores expertos y las tácticas que utilizan para maximizar sus ganancias.
1. El "Cazador de errores" o "Explotador de fallos"
Este tipo de apostador está siempre atento a las equivocaciones de las casas de apuestas. Estas pueden ser errores en las cuotas, fallos en la programación de sistemas o valoraciones incorrectas de un evento. El cazador de errores actúa rápidamente para aprovechar estas oportunidades antes de que sean corregidas. Se requiere un conocimiento profundo de la dinámica de establecimiento de las cuotas en el mercado de las casas de apuestas. Pero, sobre todo, se requiere una disciplina que no permita que la emoción tome el control de las apuestas. Normalmente, estos errores son escasos y aparecen en eventos deportivos poco populares, como en partidos de segunda división.
Ejemplo: Si una casa de apuestas publica una cuota de 3,00 para un favorito que debería estar a 1,80, el cazador de errores lo detecta y apuesta antes de que la cuota sea ajustada.
2. El "Apostador de arbitraje" o "Apostador surebet"
El apostador de arbitraje identifica discrepancias entre las cuotas ofrecidas por diferentes casas de apuestas para un mismo evento. Al apostar simultáneamente a todos los resultados posibles en distintas plataformas, garantiza una ganancia sin importar el resultado. Esta estrategia, conocida como surebet, exige herramientas tecnológicas para identificar oportunidades y una gestión rigurosa del presupuesto para las apuestas.
Ejemplo: Si una casa de apuestas ofrece 2,10 por la victoria de un equipo y otra ofrece 2,05 por su derrota, el apostador de arbitraje apuesta en ambas plataformas aprovechando la discrepancia entre las cuotas y asegura una ganancia sin riesgo. No es habitual que haya esta discrepancia entre casas de apuestas.
3. El "Apostador advantage player" (jugador con ventaja)
Este jugador utiliza métodos avanzados y análisis matemáticos para identificar apuestas con valor positivo a largo plazo (value bets). Evalúa probabilidades reales, compara con las cuotas ofrecidas y apuesta solo cuando detecta que las probabilidades a su favor superan el riesgo asumido. Además, puede aplicar estrategias como el handicap, análisis de tendencias y modelos estadísticos para optimizar sus decisiones.
Ejemplo: Si un análisis muestra que un equipo tiene un 60% de probabilidades de ganar, pero la casa de apuestas ofrece una cuota que sugiere solo un 50%, el jugador con ventaja apostará porque sabe que la apuesta está mal valorada.
4. El "Jugador calculador"
El “jugador calculador” es el que apuesta con la cabeza, no con el corazón. Este perfil se aleja por completo de las apuestas impulsivas o emocionales. No apuesta por su equipo favorito ni por corazonadas, sino basándose en datos, análisis estadísticos y gestión disciplinada del dinero. Este jugador entiende que las ganancias sostenidas provienen de seguir un método y aplicarlo con suma paciencia y frialdad.
Ejemplo: Ante un clásico deportivo, en lugar de dejarse llevar por la pasión, el jugador calculador analiza las estadísticas, las alineaciones y las condiciones previas para decidir si la apuesta ofrece valor o si es mejor abstenerse.
5. El "Apostador de valor" o “value bettor”
El apostador de valor (conocido en inglés como value bettor) es el tipo de jugador basa su estrategia en encontrar cuotas mal ajustadas por las casas de apuestas. No se enfoca solo en ganar cada apuesta individual, sino en obtener beneficios a largo plazo apostando solo cuando la probabilidad real de un resultado es mayor que la implícita en la cuota ofrecida. Requiere un análisis estadístico constante y un enfoque metódico.
Ejemplo: Si un equipo tiene un 55% de probabilidades de ganar, pero la casa de apuestas ofrece una cuota como si tuviera solo un 45%, el apostador de valor detecta esa diferencia y aprovecha la oportunidad.
6. El "Especialista en mercados nicho"
En lugar de centrarse en eventos populares con cuotas altamente competitivas, este tipo de apostador se enfoca en mercados menos conocidos, como ligas menores, deportes específicos o apuestas exóticas. Las casas de apuestas suelen cometer más errores en estos mercados, lo que permite a los especialistas encontrar valor.
Ejemplo: Un apostador que se especializa en la segunda división de voleibol o en competiciones juveniles puede detectar oportunidades que pasan desapercibidas para la mayoría.
7. El "Trader de apuestas"
Este jugador actúa de manera similar a un inversor en bolsa, comprando y vendiendo apuestas en plataformas de intercambio (betting exchanges). Su objetivo es asegurar ganancias cerrando posiciones antes de que finalice el evento, aprovechando los movimientos de las cuotas.
Ejemplo: Si apuesta a favor de un equipo a cuota 2,00 y, durante el partido, esa cuota baja a 1,50 porque está ganando, el trader de apuestas vende su apuesta y asegura ganancias sin importar el resultado final.
La dificultad de ganar dinero apostando
Todo el mundo que hace apuesta, lo hace con la firme creencia de que va a ganar, aunque las probabilidades sean mínimas. Sin ir más lejos, ¿quién no ha comprado un décimo de lotería con la creencia de que iba a ganar el Gordo? Sabes que las probabilidades de que te toque el Gordo de Navidad es de es de 1 entre 100.000, es decir, de un 0,001%.
Ganar dinero en las apuestas es algo que muy pocos consiguen y muchos persiguen. Esa minoría de jugadores profesional que logran ingresos regulares son capaces de establecer una estrategia que requiere mucha disciplina, análisis y sangre fría. Son capaces de cazar los errores de las casas de apuestas, explotar el arbitraje (las diferencias de cuotas entre dos casas de apuestas), aplicar cálculos matemáticos de probabilidades y de especializarse en mercados nicho muy específicos y muy poco conocidos.
“Ganar dinero con las apuestas es algo que muchos persiguen y muy poco consiguen.”
Personalidad de un jugador profesional habilidoso
Las personas que apuestan de manera calculada y profesional, explotando errores en las plataformas de apuestas o aplicando estrategias de arbitraje, suelen compartir una serie de características psicológicas y cognitivas que las diferencian del jugador promedio.
Es muy importante que un jugador profesional no se deje llevar por la emoción o tome decisiones impulsivas o basadas en la intuición. En su lugar, utiliza modelos matemáticos y estadísticos para calcular probabilidades. Tienen, por tanto, una mentalidad analítica y racional que les permiten identificar apuestas de valor y detectar errores en las cuotas. Además, no se dejan llevar por supersticiones, corazonadas o preferencias personales en los eventos en los que apuestan. Esta mentalidad fría y calculadora les confiere una elevada tolerancia a la frustración, ya que entienden que las pérdidas a corto plazo son parte del proceso.
Otra característica psicológica de los jugadores profesionales es que no se dejan llevar por el deseo de recuperar las pérdidas ni por la euforia de una racha ganadora. Por el contrario tienen una alta capacidad de autocontrol que les permite apostar con método que aplican con enorme disciplina, siguiendo estrategias predefinidas sin desviarse por emociones. Son capaces de esperar pacientemente la oportunidad correcta en lugar de apostar compulsivamente. El autocontrol también es necesario para realizar una buena gestión de presupuesto (gestión del bankroll), asegurando que nunca apuestan más de una cantidad prefijada de su capital.
🔑 Qué es el bankroll
El bankroll es el capital total que un apostador destina exclusivamente para realizar apuestas. En otras palabras, es el fondo de dinero reservado para jugar, separado de otros gastos personales. Respetar este presupuesto en cada apuesta es fundamental para evitar pérdidas significativas.
El dinero asignado al bankroll debe ser independiente al de las finanzas personales, para que las pérdias económicas en las apuestas no afecten a otros gastos como el alquiler o los gastos de suministros. Los apostadores profesionales suelen apostar solo un pequeño porcentaje de su bankroll en cada apuesta, generalmente entre el 1% y el 5%, según el nivel de riesgo. De esta manera, una buena gestión del bankroll permite soportar rachas de pérdidas y seguir apostando sin quedarse sin fondos, asegurando la sostenibilidad de la estrategia.
No solo es necesario una mentalidad analítica y un elevado autocontrol, también es necesario tener un profundo conocimiento del mercado y las plataformas de apuestas. Es necesario que entiendan a la perfección cómo funcionan las cuotas, los márgenes de ganancias de las casas de apuestas y los modelos de predicción. Se pueden ayudar de herramientas tecnológicas, como la inteligencia artificial, para explotar errores o ineficiencias en los sistemas de apuestas online.
Por último, un jugador habilidoso profesional tiene que ser discreto con sus ganancias. Saben que las casas de apuestas limitan o bloquean a jugadores que detectan como demasiado rentables, por lo que cambian de cuentas, diversifican plataformas y usan técnicas para pasar desapercibidos.
“Los jugadores calculadores ven las apuestas como un negocio: son metódicos, pacientes y dedican tiempo y esfuerzo para obtener beneficios de forma sistemática.”
¿El jugador profesional nace o se hace?
Esta es una buena pregunta, ya que todos querríamos ganar un dinero extra a final de mes con las apuestas. Lo cierto es que no es nada fácil conseguir. Las casas de apuestas presentan estos juegos de manera que sea casi imposible ganar dinero. La única manera de conseguir ganar a la casa es aplicando muy bien los cálculos estadísticos, siendo muy metódico y teniendo un elevado autocontrol. Aunque la estadística y las matemáticas se puedan estudiar y aprender, el autocontrol y la gestión emocional son muy difíciles de entrenar. Hay personas que, debido a sus rasgos temperamentales, les resultará imposible establecer la disciplina para poder apostar profesionalmente.
Diferencias entre el juego profesional y la adicción
El juego patológico debe distinguirse del juego profesional y del juego social. El juego social se produce normalmente con un grupo de amigos, se produce ocasionalmente y conlleva unas pérdidas aceptables por el jugador. El juego profesional requiere de una férrea disciplina para que los riesgos que asuma sean muy limitados y controlados. Por el contrario, el jugador patológico asume riesgos muy elevados que le llevan a perder dinero recurrentemente.
Un jugador profesional y un adicto al juego exhiben características psicológicas diametralmente opuestas. Su conducta durante el juego también va a ser muy fácil de identificar y diferenciar.
Hemos conocido el perfil psicológico de un jugador profesional, caracterizado por una mentalidad fría y analítica, con un elevado autocontrol y tolerancia a la frustración, y que toma decisiones basadas en cálculos estadísticos y no en corazonadas o en emociones. Por el contrario, el adicto al juego es una persona muy emocional, que toma decisiones impulsivas y con muy baja tolerancia a la frustración. Estas características psicológicas le llevan con frecuencia a apostar una elevada suma de dinero para compensar las pérdidas de una mala racha, poniendo en peligro su patrimonio. Este tipo de conducta no aparece en un jugador profesional.
Otra gran diferencia entre un adicto al juego y un jugador profesional es la salud mental de cada uno. Más de las mitad de los adictos al juego sufren otra adicción y más del 75% cumplen criterios de un trastorno mental, de entre los que la depresión y la ansiedad son los más frecuentes. Por el contrario, un jugador profesional para ganar dinero con sus apuestas es importante que se encuentre anímicamente estable y no sufra ansiedad. La presencia de otra adicción podría alterar su conducta en el juego y llevarle a perder su estrategia, y dinero con ella.
Por último, y como veremos a continuación, la conducta durante el juego de un adicto y un profesional son bien distintas. El jugador adicto o patológico va a tomar decisiones impulsivas y emocionales, dejándose guiar por su intuición, premonición, frustración o exaltación. Por el contrario, el jugador profesional es capaz de controlar sus emociones, no dejarse influir por ellas y tomar todas sus decisiones de forma muy calculada y premeditada, ajustándose a una estrategia predeterminada.
¿Por qué un jugador habilidoso no es un adicto?
Los criterios diagnósticos del Juego patológico (o ludopatía) están especificados en los manuales diagnósticos de psiquiatría. En total, se recogen nueve criterios diagnósticos, vamos a ir uno a uno explicando por qué un jugador profesional habilidoso no es un adicto.
Necesidad de apostar cantidades de dinero crecientes para lograr la excitación deseada. Los jugadores profesionales son capaces de ser fieles a su estrategia de apuestas y nunca apostar más dinero del que se habían propuesta, por lo general, este máximo es un 2-5% de su bankroll.
Inquietud o irritabilidad cuando intenta reducir o abandonar el juego. Los jugadores profesionales dedican unas cuantas horas al día a jugar, como si de un trabajo se tratara. Cuando termina su jornada, dedican el resto de su tiempo a su familia o a sus entretenimientos, como cualquier trabajador. Los adictos no pueden dejar de jugar y no se ocupan de sus responsabilidades.
Intentos repetidos y fallidos de controlar, reducir o abandonar el juego. Los jugadores habilidosos dejar de jugar cuando ha llegado el momento, ya que son capaces de dedicar un tiempo definido a apostar.
Preocupación constante por el juego, como revivir experiencias de juego pasadas, planificar futuras apuestas o pensar en cómo obtener dinero para jugar. El jugador profesional sí planifica las apuestas con mucho interés y dedicación, pero no le preocupa de dónde obtener el dinero para jugar porque ya tiene un presupuesto preestablecido que dedica para apostar.
Juego como escape de problemas o para aliviar sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad o depresión. En el jugador profesional el juego puede ser un modo de vida, o mejor dicho, un modo de ganarse la vida, pero no vive con angustia sus apuestas. Al contrario, apuesta con tranquilidad ya que el análisis estadístico que ha realizado previamente le adelanta cuál será el resultado más probable.
"Perseguir" las pérdidas, es decir, continuar apostando para recuperar el dinero perdido en apuestas previas. Esta es una de las principales diferencias entre un jugador patológico y otro profesional. El jugador patológico “se pica” con frecuencia y hace una gran apuesta después de una derrota o de una mala racha. Esta gran apuesta suele ser muy impulsiva y lleva a grandes pérdidas de dinero. Por el contrario, el jugador calculador sabe que las pérdidas forman parte de la estadística y estas no alteran su estrategia.
Mentir para ocultar el grado de implicación con el juego. Si bien el jugador que gana dinero en las apuestas suele evitar hacer una exhibición de sus ganancias (entre otras cosas, para no ser expulsado de las casas de apuestas), este no tiene necesidad de mentir a su entorno.
Deterioro o pérdida de relaciones significativas, oportunidades laborales o educativas a causa del juego. Este es el criterio diagnóstico menos frecuente del juego patológico y el que denota mayor gravedad de la adicción. El jugador profesional no debería ver afectadas su relaciones sociales ni personales, aunque sí podría ser que considerara que es más rentable convertirse en jugador profesional que continuar con su actual trabajo.
Conductas de rescate: dependencia de otros para obtener dinero que alivie la situación financiera desesperada causada por el juego. El jugador profesional no pide dinero prestado, ya que si tiene la habilidad suficiente, podrá generar su propio capital para apostar. Si tiene que pedir dinero prestado, quizás no sea tan habilidoso.
¿Qué características no definen a un adicto al juego?
Comúnmente, se suele creer que una persona que realice muchas apuestas o apueste mucho dinero ha de ser sufrir una ludopatía. Esto no es verdad necesariamente. Desde luego que una persona con una adicción al juego va a apostar muchas veces, casi todos los días y va a perder mucho dinero. No le hace adicto el apostar mucho, sino todo lo que hemos enumerado anteriormente: pérdida de control, mentiras, irritabilidad, falsas expectativas de victoria, deterioro de las relaciones, pedir dinero prestado o apostar más para recuperar las pérdidas.
Algunos jugadores sociales pueden gastar mucho dinero en apuestas porque disponen de él y desean gastarlo como parte de su ocio. Aún así, es posible que puntualmente gasten más de lo que habían planificado y ello no signifique que tenga una ludopatía aunque exhiba comportamientos de riesgo.
El jugador profesional, sin duda, hace muchas apuestas y puede llegar a mover grandes sumas de dinero cuando adquiere cierta experiencia. Para poder saber si ha desarrollado una adicción debemos fijarnos en algunos detalles. El primero, es si sigue ajustándose al plan y gastando en cada apuesta un porcentaje determinado de su bankroll. Es normal que, según vaya aumentando el presupuesto que destina a las apuestas, ese porcentaje que apuesta sea de un monto mayor. Esto no implica que esté desarrollando una adicción. El que haga muchas apuestas tampoco tiene relevancia, ya que algunas estrategias específicas implican hacer muchas apuestas para al final ganar de dinero. Por último, una persona que genere unos ingresos periódicos y consistentes del juego está claro que está aplicando una estrategia de forma metódica y fría y no se está dejando llevar por la intuición o la emoción.
¿Qué riesgos tiene querer ser un jugador profesional?
Las características específicas que debe reunir un jugador profesional de conocimientos matemáticos y autocontrol hace que muy pocas personas que lo intentan lleguen a ganar dinero apostando. El problema es que no todo queda ahí. Debemos preguntarnos, ¿cuántas personas que han intentado ser jugadores profesionales terminan desarrollando una adicción? Este es un riesgo que no debemos olvidar.
En un artículo sobre el juego en plataformas online publicado en The Lancet en 2024, se estima que un 16 % de los adultos y un 26 % de los adolescentes que juegan en casinos online o tragaperras online (online slot-machines) pueden sufrir un trastorno de juego. Este riesgo de sufrir una ludopatía se estima que afecta a 9 % de los adultos y un 16 % de los adolescentes que usan plataformas de apuestas deportivas online.
“El que no juega, no se puede enganchar.”
Tratamiento para la adicción al juego: Psiquiatra y Psicólogo clínico
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