En los últimos años, la sociedad se ha preocupado por el riesgo que puede suponer dar estimulantes a niños diagnosticados de TDAH. En concreto, ha habido una importante preocupación en torno a la creencia de que el tratamiento con estimulantes pudiera suponer el acceso a drogas ilegales. Sin duda, esto es algo que ha preocupado a la sociedad y a padres, pero también a los profesionales y a los investigadores. Desde aproximadamente el año 2003 se han realizado estudios para investigar el efecto que podría tener el uso de estimulantes en niños en lo que respecta a un posible abuso de drogas. Algunos estudios han llegado a durar más de 10 años.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

El Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, también conocido por las siglas TDAH, es un trastorno del neurodesarrollo de inicio en la infancia. En más de la mitad de los casos los síntomas del TDAH persisten en la edad adulta. Los síntomas principales son: déficit de atención, impulsividad, hiperactividad e inestabilidad emocional. Las consecuencias del TDAH son: problemas académicos, problemas de relación, conductas de riesgo, trabajos con rentas más bajas, mayor número de despidos y aumento de la mortalidad por accidente, entre otros.

El tratamiento del TDAH es multimodal y se debe ofrecer a estos pacientes apoyo psicológico, psicoeducación, apoyo social, apoyo escolar y una medicación. La medicación es muy efectiva en la mejora de los síntomas y la evitación de las dramáticas consecuencias de la enfermedad. La medicación más empleada es con fármacos estimulantes, aunque también están disponibles los llamados no estimulantes. Aunque la eficacia de los tratamientos estimulantes se ha demostrado ser mayor, no han quedado libres de controversia por compararse con drogas recreativas.

El tratamiento para el TDAH previene el desarrollo de adicciones

Empezamos con la conclusión: ninguno de los estudios de los últimos 15 años ha demostrado que el tratamiento para el TDAH aumente el riesgo de desarrollar una adicción en los jóvenes tratados. Es más, la mayoría de los estudios apoya la teoría de que el tratamiento del TDAH a edades precoces, incluso con medicación estimulante, disminuye el riesgo posterior y previene de desarrollar una adicción. Unos estudios consideran que la medicación para el TDAH retrasa la edad de inicio del consumo en las personas que terminan consumiendo. Otros estudios dicen que la medicación estimulante disminuye el riesgo de desarrollar una adicción. Por último, algunos estudios dicen que previene el consumo de alcohol, pero no de drogas ilegales. En cualquier caso, en lo que todos los estudios coinciden es en que el riesgo de desarrollar una adicción no aumenta por tratar con estimulantes a niños o adolescentes.

Lo que sí es cierto es que determinados medicamentos utilizados para el TDAH tienen un riesgo potencial de abuso, mediante un uso indebido y recreativo. Este es el caso de los estimulantes de liberación inmediata, como el Metilfenidato de liberación inmediata (Rubifen ®) y las anfetaminas (Adderal ®). Estas últimas, no están comercializadas en España. Por este motivo, en adolescentes se deben elegir medicamentos para el TDAH con bajo o nulo potencial de abuso. En este sentido, el Metilfenidato de liberación prolongada (Concerta ®), la Lisdexanfetamina (Elvanse ®) y la Atomoxetina (Strattera ®), son las mejores opciones.